A palo seco

El sernita de Jerez (y II)

COMENTABA en mi primer artículo sobre este extraordinario cantaor gitano santiaguero que Jerez no había sabido reconocer su maestría y categoría cantaora. Y aunque su carrera artística la desarrolló prácticamente en Madrid actuando durante años en el tablao "El Duende" y, posteriormente, durante once años como cantaor de confianza de Antonio El Bailarín, junto al que paseó por todo el mundo el genuino cante jerezano para bailar; Sernita ha sido, junto con Sordera y Terremoto, los cantaores mejor dotados de su generación, la que corresponde a la segunda mitad del siglo pasado. Sólo el genio cantaor de Agujetas, cuyo grito flamenco de otros tiempos no tiene parangón, puede incluirse en esta selecta relación de cantaores. Por el lado femenino habría que incluir, sin duda, a la Paquera, cuya calidad y pureza flamenca la sitúan por derecho propio en lo más alto del escalafón artístico.

Sernita, que nació en el año 1921 murió joven, demasiado joven para un artista que se encontraba en plenitud. Con sólo 49 años, nos deja un mes de febrero de 1971. Su discografía es desigual.

Por una parte, como ya indicamos, participa en el extraordinario disco grabado en 1967 "Canta Jerez" donde deja para la historia unas cabales no superadas hasta el día de hoy y una fiesta por bulerías, única, junto a otros cantaores jerezanos. Por otra y el mismo año, participa en el disco " Antonio, genio y duende flamenco", cantando taranto, soleares y tanguillos además de unas peteneras junto a Chano Lobato. Ya en 1959 había grabado para el sello Philips Iberica acompañado a la guitarra por Manuel y Juan Morao un disco con seguiriyas, soleares, alegrías y malagueñas.

Al siguiente año y para Columbia interviene en el disco "Bailes y Cantos de Andalucía" con la guitarra de Paco Aguilera. En 1962 vuelve junto a Paco Aguilera a grabar para Columbia, en esta ocasión fandangos, serranas, tientos y las célebres bulerías "El tío de la alhucema". Siguen varios discos muy de la época, es decir, cante para bailar, de los que Curro, hijo de Sernita, guitarrista recientemente fallecido, no estaba especialmente satisfecho. Si valoraba aquellos cantes -14 precisa- repartidos entre los que se grabaron para Columbia, Philips e Hispavox. Diferencias económicas no hicieron posible una grabación para Hispavox y otra para Columbia en plena madurez, donde hubiese quedado recogido todo su conocimiento y sabiduría. Su prematuro fallecimiento tampoco permitió que su legado discográfico reflejara de forma más completa su enorme calidad y talento. Ciertamente seguía las formas y maneras del sentir cantaor jerezano, pero una larga carrera profesional con actuaciones en los mejores teatros del mundo había pulido su capacidad innata y natural dándole una musicalidad llena de registros.

Un cantaor de referencia al que debemos poner en el sitio que le corresponde por su calidad y magisterio. Con toda nuestra admiración y respeto.

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