Crimen en la calle Justicia

“Ella se dedicaba a pedir limosna en silla de ruedas y él a la recogida de chatarras”

  • Los vecinos de la zona destacan que "no se metían con nadie aunque entre los rumanos eran habituales las peleas"

Un detalle de la entrada al domicilio.

Un detalle de la entrada al domicilio. / Miguel Angel González

“Los rumanos suelen hablar entre ellos a gritos. Muchas veces no sabes si están hablando o están discutiendo”. Los vecinos de la calle Justicia destacaban ayer que la pareja que formaban el homicida y la víctima “nunca tuvieron problemas con los vecinos”. Tan sólo saben que ella, postrada en una silla de ruedas, era llevada cada día al centro de Jerez por su pareja. Solía quedar sentada en la esquina que conforman las calles Larga y Tornería, muy cerca de una tienda de perfumes. Allí, con la ayuda de un cartel de cartón, pedía limosna a los viandantes. “Era una muchacha con cara de buena, ojos azules y el pelo blanco recogido en una coleta”, señala a este medio una vecina que asegura, igualmente, que la pareja y presunto homicida “se dedicaba a recoger chatarra por las calles”.

Una vez consumado el salvaje crimen, que fue perpetrado a martillazos según los vecinos, “el marido intentó matarse tomando pastillas”. Aseguran por la calle Justicia que les han comentando que el hombre llevaba un tiempo “con problemas de depresión y andaba muy raro de unos días para acá”.

Fueron los vecinos precisamente quienes alertaron a las fuerzas del orden de que algo extraño estaba sucediendo por los gritos que se escuchaban, Por el contrario hubo vecinos que aseguraron haber pasado por la puerta y no haber escuchado nada cuando marchaban a sus trabajos.

Los rumanos son conflictivos pero entre ellos, pero no con la gente de aquí. Eso sí, en esa casa sólo vivían personas de esta nacionalidad. No hay jerezano que hubiera sido capaz de aguantar allí”. De otro lado, cabe destacar que la pareja que residía en esta inmueble pagaba un alquiler y residían de forma legal la referida vivienda donde se perpetró el crimen.

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