Un simulacro con muchas lecciones

salud

El Hospital Puertas del Sur recrea un incendio en sus instalaciones para mejorar su respuesta ante emergencias

Colaboraron el CNP, Policía Local, Bomberos, Protección Civil, el 112 y el 061

Personal sanitario atiende a uno de los voluntarios en el hospital de campaña.
Personal sanitario atiende a uno de los voluntarios en el hospital de campaña.
Pablo Fdez. Quintanilla

Jerez, 15 de diciembre 2016 - 02:06

En la habitación 234 del Hospital Puertas del Sur no ardieron ayer ni papeleras ni sábanas ni aparatos médicos. Tampoco ningún paciente inhaló humo ni experimentó un agravamiento de su estado de salud. Pero hasta el centro sanitario se desplazaron camiones de bomberos, unidades motorizadas de la Policía Local, de la Policía Nacional, Protección Civil, el 112 y el 061, que prestaron sus servicios para realizar un simulacro realista que se saldó con una ficticia víctima mortal y muchas lecciones aprendidas por los directivos, supervisores y personal de Puertas del Sur.

Una treintena de alumnos del colegio María Medianera de Las Esclavas de Jerez se metieron en el papel de pacientes, gracias también al maquillaje realizado por estudiantes del grado de Caracterización que se imparte en el instituto San Severiano de Cádiz, y recibieron los cuidados propios de una emergencia. Con quemaduras y las caras tiznadas de negro, iban bajando por la escalera de la entrada entre gritos, acompañados por el personal sanitario, que con intensidad organizaron el desalojo de los supuestos pacientes. Algunos de ellos fueron trasladados en camilla, con la dificultad de realizar este trabajo sin contar con los ascensores, que en caso de incendio nunca pueden ser utilizados.

En la rutina diaria, resulta complicado contar con las precauciones que en caso de emergencias salvan una vida. Por eso, resulta prioritario que el personal esté al día de los protocolos a seguir. Para atender a los pacientes que iban bajando de las plantas afectadas, se tomó la medida de utilizar la sala de rehabilitaciones, ubicada cerca de la salida, como 'hospital de campaña' provisional. Ahí se iban derivando los afectados. A los más graves se les dirigió, en teoría, a hospitales cercanos para que fueran tratados de intoxicaciones de humo y quemaduras o de las propias patologías por las que estaban ingresados. Ocurrió en teoría, porque si bien las ambulancias realizaban el traslado, éstas daban una vuelta a las calles de alrededor -parcialmente cortadas- y volvían al hospital. La clave, en estos casos, está en el tiempo de reacción y en el tiempo que transcurre desde que se da la alarma hasta que todos los pacientes y afectados reciben la atención necesaria.

"Es de destacar la gran colaboración de todos los cuerpos implicados en este simulacro", señalaba ayer el técnico superior del Hospital Puertas del Sur en área de Prevención, Isaac Garzón. "No han puesto ningún problema a cada una de las dificultades que íbamos poniendo en el desarrollo". Porque si bien un incendio debe seguir unos protocolos, cada caso es diferente y se pueden producir desgracias fortuitas. Por eso, la actividad contó con circunstancias sobrevenidas, como un paciente que falleció. "Hemos ido aprendiendo muchas cosas de muchos problemas que íbamos presentando". Las conclusiones no pueden ser más positivas. "Se aprende a trabajar en coordinación con los cuerpos externos al hospital".

Por otro lado, los falsos afectados se metieron de sobra en el papel. Hubo quien no paraba de chillar, lo que produjo, primero, cierta confusión entre los pacientes reales del centro, que luego se lo tomaron a broma. Hubo una actriz que llevaba a su bebé (de plástico) en brazos y que en mitad de la carrera hacia la salida no dejaba de darle el biberón. La única fallecida fue la que más 'ambiente' creó en el hospital de campaña. "¿Tú no te habías muerto? Deja de charlar", le decían entre risas. La anécdota se produjo cuando una de las voluntarias, en plena atención a los afectados, se sintió indispuesta realmente. "Se me ha bajado la tensión", dijo. Y de un segundo a otro, médicos y enfermeros dejaron de lado su labor ficticia y se centraron en cuidar a la chica. Desde luego, no había un lugar en el que un 'bajío' fuera a estar mejor atendido.

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