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Jerez

Rescate en el Parque de Bomberos

  • Espectacular simulacro para bomberos y alumnos de Emergencias Sanitarias en las instalaciones de Martín Ferrador

Los efectivos, durante el simulacro realizado en el parque de bomberos Martín Ferrador / VANESA LOBO

La Fundación Albor, que forma a futuros profesionales de Emergencias Sanitarias, y el Consorcio de Bomberos realizaron esta mañana un simulacro de rescate de personas atrapadas en vehículos tras sufrir un accidente de tráfico. La jornada sirvió para que tanto un total de 30 aspirantes a técnicos de Emergencias como los bomberos interinos (algunos de ellos con apenas tres guardias encima desde que entraron) pudieran practicar en el patio del parque de bomberos de Martín Ferrador de forma bastante real.

Fue el jefe de grupo de los Bomberos de Jerez, Dionisio Pérez, quien explicó a los asistentes el proceso a seguir, el cual está repleto de múltiples e importantes detalles. De un lado, la colocación del camión de bomberos, que se ubica a espaldas del coche accidentado para de esta forma crear una zona de seguridad que impida que otros vehículos puedan colisionar y, además, generar una zona de trabajo segura tanto para los rescatadores como para los sanitarios. Éstos últimos deben colocar su ambulancia delante del coche accidentado para de esta forma tener fácil salida con los heridos una vez que han sido sacados del habitáculo.

Dionisio Pérez destacó a los alumnos de la Fundación Albor que "es muy habitual que el conductor quede atrapado por los pies entre los pedales del, vehículo", motivo por el que se suelen utilizar cortapedales para liberar las extremidades atrapadas. Eso sí, para llegar a este punto hay un amplio trabajo previo que consiste en arrancar las puertas con las cizallas hidráulicas, una especie de inmensos alicates capaces de cortar chapa como si de mantequilla se tratase.

El orden de rescate es importante. De un lado se encuentra el estado de gravedad en que se encuentren las víctimas. Las más graves deben ser sacadas primero para que sean atendidas cuanto antes. En un caso normal, lo habitual es sacar primero a las víctimas de la zona trasera, las cuales, tras ser evacuadas, dejarán sitio para un rescate más efectivo de las personas que ocupan los asientos delanteros.

Igualmente, el jefe de grupo de los bomberos de Jerez destacó a los alumnos y bomberos la importancia de estabilizar un vehículo accidentado, "para evitar cualquier tipo de movimiento vertical u horizontal. Nos podemos encontrar el vehículo sobre sus cuatro ruedas, del lado del conductor, del lado del ocupante o con las cuatro ruedas hacia arriba", les dijo.

Otro aspecto a tener muy en cuenta es que el vehículo ha podido perder gasolina y que ésta es muy inflamable, motivo por el que los bomberos siempre actúan con una línea hidrante echando agua y siempre tienen cerca dos extintores para actuar de inmediato si surgen llamas en el vehículo accidentado. Otro peligro añadido son los airbags. Dionisio Pérez reconoce que lo normal es que funcionen pero en ocasiones no lo hacen y se corre el riesgo de que exploten mientras se está trabajando. "Las lesiones que pueden provocar incluso son mortales". Es por ello que se instala un protector sobre los airbags delanteros (conductor y copiloto) si bien reconoció que el resto de airbags del coche no se pueden controlar en la actualidad. Como medida de precaución se encuentra desconectar la batería si bien "algunos constructores dan un margen de 15-30 minutos en los que pese a no disponer de corriente es capaz aún de saltar".

Una vez dadas todas estas nociones los profesionales del parque de Martín Ferrador comenzaron a trabajar, arrancando con la ayuda de las cizallas separadoras las puertas. Impresionante la fuerza que despliegan sobre el vehículo. Los jóvenes estudiantes esperaron hasta que los ocupantes comenzaron a ser evacuados. Es reseñable que fueron cuatro alumnos de la Fundación Albor los que hicieron las veces de víctimas en este simulacro. Conforme fueron saliendo, los jóvenes los portaban sobre camillas rígidas y los depositaban en la camilla con ruedas donde la primera de ellas ya era retirada. Acto seguido se infla alrededor de la víctima (que ya ha sido protegida con protecciones en el cuello e incluso en la zona pectoral) un colchón de vacío que se ajusta a la perfección a la anatomía humana, dejándolo inmovilizado.

Para llegar a este punto los bomberos han trabajado duro, cortando chapa pero previamente han colocado mamparas de protección, mantas e incluso plásticos sobre las víctimas para que no resulten heridas en caso de que el cristal se rompa un salte un trozo de chapa afilada. Incluso se les dota de mascarillas para que no aspiren las micropartículas de cristal que se desprenden cuando el parabrisas es serrado.

El rescate vino a durar más de una hora, "lo que viene siendo habitual en un coche accidentado con cuatro personas en su interior", destacó a este medio uno de los profesionales de los Bomberos.

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