Obituario

Una sonrisa que no tiene límites

  • La escritora Luisa Fernanda Cuéllar fallece a los 70 años

  • Sus libros están llenos de mensajes al lector sobre la experiencia de vivir

Luisa Fernanda Cuéllar, en el Diario, en 2016.

Luisa Fernanda Cuéllar, en el Diario, en 2016. / Pascual (Jerez)

Luisa Fernanda Cuéllar lo tenía claro: “El mundo siempre tiene algo bueno que ofrecernos, y nosotros a él”. Sin dar más rodeos o entretenerse en lo malo que pudiera venir, desde su faceta de escritora, ella quería transmitir ese sentir al lector. “No es una forma de escapar, son reflexiones, un telón de fondo, un amor. Una mujer valiente en la vida, que ha luchado mucho, que está llena de experiencias”, contaba y parece que se retrataba en una entrevista a este Diario, allá por 2012, acerca de su novela ‘Un encuentro en Nueva York’ (Ediciones Canto y Cuento), obra en la que coló cosas de su propia vida.

Una mujer agradecida, siempre con una sonrisa, a pesar de la enfermedad, que aceptó y llevó con resignación. “Estar en una edad como la que tengo, contenta y satisfecha. De escribir libros, de un oficio del que no me canso...”.

A través de sus obras lanzaba mensajes poderosos: “Creo que la sabiduría de la vida es aceptar las cosas tal como vienen y ser ante ello lo más coherente posible. Para ello se necesita una gran madurez emocional, la que van dando los años, conocer diferentes realidades, también para la escritura”. Así fue con ‘El viento en la arena’ (Libros Canto y Cuento), en 2016.

Instalada en la prosa, Cuéllar incursionó en la poesía muy joven, “pero al fin y al cabo todos hacemos poesía, aunque nuestro talento se manifiesta mejor de una manera determinada. En la prosa expreso mejor lo que siento, no tengo límites”.

Con motivo de la publicación del libro de ‘Flores en el Tepeyac’ (Libros Canto y Cuento), un estudio sobre la aparición de la Virgen de Guadalupe en México en 1531, apto para creyentes o no, Luisa Fernanda declaró el pasado 2020 que “lo que la ciencia no puede explicar, pues el lector lo puede apreciar”. Una Virgen de Guadalupe que ella veneraba desde la niñez y que ahora recoge a la escritora bajo su manto.

Son algunas de las valiosas palabras que Luisa Fernanda nos dejó en las diversas entrevistas que hizo con este Diario. Interminable sabiduría plasmada en sus libros, que queda escrita, ahora ya, sin límites.

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