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Jerez

La tarde se hizo luz en el Alcázar

  • El conjunto monumental volvió a acoger la Coronación, que cambió los paraguas del pasado año por un buen tiempo que permitió disfrutar a los niños de Sus Majestades, muy emocionados

Fue el primer momento de la tarde en el que los niños jerezanos pudieron ver de cerca a Sus Majestades, que se dejaron ver, como es tradicional, en el Patio de Armas del Alcázar. Algunos habían tenido el privilegio días atrás de sentarse en sus rodillas en asociaciones o centros comerciales. Pero el Alcázar es especial. Además de por la estampa que regalaba, fue el primer momento de la Navidad en la que los tres reyes, Melchor, Gaspar y Baltasar, fueron vistos juntos, acompañados además por el Gran Visir y representantes de las comitivas con las que desfilarían poco rato después.

Daban las cuatro de la tarde cuando, puntualmente, comenzaba el acto de la Coronación. "El año pasado llovió aquí", incidía acertadamente y a gritos un niño al entrar en el Patio. Los padres, madres, titos y abuelos que sostenían hace un año sus paraguas pudieron echarse a los vástagos sobre los hombros. Volvió a ser un acto emocionante. Sólo había que echar una ojeada a las miradas de los más pequeños. Los había boquiabiertos, pero también asustadizos, que les miraban casi de refilón, impresionados por tanta majestuosidad.

Las autoridades tomaron un lugar secundario. Lo importante era que comenzara a bullir la emoción. Emocionados andaban los que fueran Reyes Magos el año pasado, César Saldaña, Luis Bononato y Pepa Parra. "A partir de ahora, todos los días de Reyes van a ser especiales", contaba Bononato. Como despedida a su año de reinado, los tres colocaron las coronas a sus sucesores, quienes fueron saliendo de los salones del Alcázar bajo una lluvia de aplausos al rugir de la fanfarria. Juraron que no se guardarían para los suyos ninguna de sus mejores sonrisas, pues éstas tenían ayer dueño, el pueblo de Jerez.

Algunos asistentes aprovecharon el contexto para dejar sus cartas en los tres buzones que se dispusieron a la izquierda del Patio, uno por cada Rey. "Me he portado bien. Éste es el momento en el que hay que pedir las cosas", decía Pilar, de 13 años, quien deseaba un perrito, "pero creo que no me lo van a traer", dijo buscando la mirada de sus familiares. Pilar iba acompañada de sus primos, Javier, de 9 años, y Carmen, de 8. "Yo creo que no me van a traer carbón. He pedido la equipación del Madrid, con mi nombre detrás", decía Javier. Carmen deseaba encontrar entre sus regalos "un patinete eléctrico y manualidades". Aunque eso de que los Reyes Magos son sólo para niños es relativo. Carmen había incluido en su carta un móvil de última generación, "un iPhone 7". Otro de los mayores en el grupo tampoco se quedaba atrás. "Una pulsera y que se salve el Betis", demandaba.

Otros niños reconocían que albergaban alguna duda sobre si les llegaría todo. Javi, de 10 años, decía que al menos se ha portado "mejor que el año pasado", por lo que sería una sorpresa que le trajeran carbón. En su carta de deseos no faltó la literatura. "El libro de Greg 11", explicó, un exitoso cómic infantil. Por su parte, Juan Carlos, de 9 años, aún no había escrito su carta, pero esperaba que le trajeran un videojuego. "Zapatos con luces y un patinete", pidió Ángela, de 11 años. "La cocinita de Peppa Pig y el móvil de Peppa Pig", relataba con sus inocentísimos y tímidos 6 años Sofía.

Como anticipo, a su salida del Alcázar en dirección a unas furgonetas que les trasladarían a Ifeca, desde donde saldrían las carrozas a las 17,30 horas, tanto los Reyes como sus pajes regalaron caramelos y pequeños obsequios a todos los pequeños que se les acercaban. Quien más se enredaba era Baltasar, a quien la organización tuvo que pedir que cumpliera con los horarios porque no quería dejar a ningún niño sin su caramelo o sin su fotografía para el recuerdo. Porque el soberano de los indios sigue siendo el preferido de los niños.

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