Jerez, tiempos pasados Historias, curiosidades, recuerdos y anécdotas

El teatro-cine Villamarta

  • El cine debe volver al Villamarta, para salvar al teatro de la crisis que tan gravemente le está afectando, y así evitar su cierre. Debería intentarse, al menos, alternar las funciones teatrales con estrenos cinematográficos, y así poder seguir abriendo todos los días, para salvar nuestro coliseo del que sería un fatal desastre.

EN un principio, cuando se construyó el Teatro Villamarta, y se inauguró en 1928, apenas abierto al público el coliseo, éste abrió también sus puertas al gran invento del siglo, el cinematógrafo; y, por su pantalla, empezaron a desfilar las mejores películas, cuyas proyecciones se alternaban con las representaciones de las compañías que con abundante frecuencia desfilaban por su escenario.

Así, hasta que llegó a ponerse al frente del teatro un gran empresario, como don Francisco Riba Gabaldá, que no dudó en poner el logotipo de “Teatro-Cine” al frente de su programación, alternando el teatro con las mejores películas de la época. La mayoría, estrenadas a local lleno, siendo el cine el espectáculo más lucrativo y el que nivelaba la balanza de las posibles pérdidas que ocasionaban las funciones de teatro. Cosa apenas perceptible pues el señor Riba, que conocía muy bien su negocio, y lo dirigía admirablemente,  no daba ocasión a que ello sucediera. Pero, no obstante, el cine era lo que, a final de temporada, salvaba cualquier pérdida económica que el teatro pudiese haber ocasionado.

Así es que, casi desde sus principios, el Villamarta fue teatro y, además, el mejor cine que tuvo Jerez. Teatro y cine, cine y teatro, el Villamarta de toda la vida. Y en su pantalla se proyectaron las mejores películas del siglo XX; sobre todo desde la llegada del cine sonoro, el 2 de diciembre de 1930; siendo empresario don Luis Parada Regife.

 Las mejores películas de la época pasaron por Villamarta. De entre ellas recordamos, a vuela pluma, allá por los años cuarenta, “Tierra de audaces”, y “El Cisne Negro” por Tyrone Power; “Enamorada”, de María Felix; “Capitanes intrépidos” y “La vida es así”, con Spencer Tracy; “De hoy en adelante” con  Joan Fontaine; “Predilección”, por Ida Lupino; y entre otras, como la inolvidable “Qué verde era mi valle”, la prohibida “Gilda”, con Rita Hayworth, y la sensacional producción titulada “Los mejores años de nuestra vida”, laureada nada menos que con nueve oscars y anunciada como “la película que recibió más honores de todos los tiempos”.

El Villamarta, cuando no era teatro, era cine, y sus puertas siempre estaban abiertas a los aficionados de ambos espectáculos. Riba lo tenía todo muy bien organizado y la sala muy bien cuidada. No pudiendo decir lo mismo de sus herederos que fueron los que dieron al traste con el negocio teatral y cinematográfico, cerrando el local medio siglo después de su inauguración en 1928, con grandes problemas laborales y de infraestructura, que hizo preciso que interviniera el Ayuntamiento y lo rehabilitara, para salvarlo de la ruina y el derribo forzoso.

Ahora se vuelve a hablar de nuevo del Teatro Villamarta y de la crisis económica por la que viene pasando. Una crisis que, por otro lado, afecta a Jerez en casi todos los aspectos. Especialmente en el mundo de la cultura.

 Pero nosotros pensamos que el cine puede salvar al teatro. Si los que lo reconstruyeron prescindieron del cine, hora es de subsanar ese error. Si no pueden pagarse óperas y otros eventos caros, las películas tienen menos costo y se pueden proyectar durante varios días, entre función y función teatral. Ésta pude ser una solución, basada en la experiencia de muchos años, cuando el teatro-cine lo dirigía el gran empresario don Francisco Riba Gabaldá. Si entonces salió bien, ¿por qué no va a salir bien, ahora?

Por otra parte, fue un grandísimo error, cuando se rehabilitó el Villamarta, prescindir de las películas que tantos éxitos dieron al local, quedándonos los cinéfilos jerezanos  sin el mejor cine de Jerez, en cuya pantalla se proyectaron las mejores películas del siglo XX. El público que ama el cine volverá a llenar la sala. Estamos seguros. Naturalmente, si se sigue la norma, como entonces, de traer los mejores estrenos cinematográficos de cada temporada.. Y tal vez, de esa forma, el Teatro-Cine Villamarta volverá a ser el que era, para goce y recreo de todos los enamorados del arte de Talía y del de los Hnos. Lumiere. Intentarlo, valdría la pena. Y los jerezanos lo agradecerían.

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