Los tebeos de los niños de los años 40 y 50
JEREZ TIEMPOS PASADOS
Muchos niños de aquel tiempo aprendimos a leer en los tebeos, donde nuestros personajes favoritos nos llevaban de su mano por los caminos de la fantasía. Cebollita y Rabanito, Hipo, Monito y Fifí, Ginesito, Juan Centella, el Guerrero del Antifáz, el Hombre Enmascarado, Tarzán de los Monos o Flash Gordon, entre otros, nos hacían soñar con toda clase de aventuras.
A Manolo Pérez, que aún guarda los "Chicos" de cuando era niño.
Parece que aquella época pasó para siempre. Aunque la verdad que no fue muy extensa, ya que fueron si acaso unos treinta o cuarenta años los que duró la moda de los tebeos. Los años cuarenta, cincuenta y hasta los setenta, como máximo. Poco más o menos. Pero los recuerdos que dejaron, en los niños jerezanos, fueron inolvidables. Ahora, las consolas y otros cachivaches de las nuevas tecnologías, acaparan la atención de nuestrros jovenes, que se pasan todo el día pegados a tales artilugios.
Por eso, uno quiere traer hoy el recuerdo de aquellos tebeos, en los que, realamente, muchos aprendimos a leer. La mayoría de ellos producidos y editados en editoriales españolas, de Madrid, Barcelona y Valencia, principalmente, si mal no recordamos. Y los había para todos los gustos y de todos los tamaños, con formatos verticales o apaisados. Y con toda clase de personajes. Uno recuerda, por encima de todos, al f amoso "Chicos", una revista infantil semanal, cuyo personaje principal era un héroe llamado Cuto, y en la que colaboraban, entre otros dibujantes de entonces, los llamados Jesús Blasco y Emilio Freixas. Esta revista era la contraposición, o la competencia, pudieramos decir, de otra que editaba el régimen de entonces, llamada "Flechas y Pelayos". Pero "Chicos", que nació en 1938, tenía un carácter más independiente. Más tarde aparecería otra gran revista, denominada "Leyendas", de mayor tamaño que las dos anteriores, donde - entre otros personajes - recordamos las aventuras de Flahs Gordon, un héroe intergaláctico, muy bien dibujado por el americano Alex Raymond.
Recordamos, entre otros populares tebeos, generalmente de aparición semanal, los de Rabanito y Cebollita, que eran un rábano y una cebolla con formas de personas; igual que sucedía con Hipo, Monito y Fifí que, eran un hipopótamo, un mono y una mona; o los tebeos de Ginesito, el repelente niño con gafas; o Juan Centella, siempre pegando puñetazos a diestro y siniestro; o el incomnbustible Guerrero del Antifáz, soldado al servicio de los Reyes Católicos, con su gran cruz cubriéndole el pecho; y el Hombre Enmascarado, dibujados ambos por Manolo Gago, un prolífico autor que creó varios conocidos personajes, con antifáz o sin él, a lo largo de muchos años.
El Guerrero del Antifáz alcanzó tal popularidad entre los críos de entonces, que su tirada semanal se dice que llegó a superar los doscientos mil ejemplares. Se estuvo publicando en blanco y negro, salvo las portadas a color, hasta 1966, y luego se reeditó en color, de 1972 a 1980, con apariciones posteriores en 1981 y 1984. El Capitán Trueno, otro personaje de historietas, también alcanzaría las mismas espectaculares ediciones.
Otras revistas infantiles, éstas para niñas, sería "Mis Chicas", de la misma productora que "Chicos", así como "Florita" y "Maravillas" de pequeño formato apaisado, como muchos otros tebeos de los llamados de hadas, exclusivamente para niñas.Y a la memoria nos vienen también, otros personajes de tebeos de mediados del pasado siglo, como el cómico "Don Triqui", o el mago "Merlín" y los graciosísimos "Zipi y Zape" y "Mortadelo y Filemón". Y no digamos "El Reportero Tribulete que en todas partes se mete", entre otros muchos personajes serios o graciosos, pues los había para todos los gustos. Siendo el rey de todos el auténtico TBO, que era el tebeo por antonomasia, con el que ocurría lo mismo que con el dicho del huevo y la gallina, que no sabemos, a estas alturas, si éste dió nombre a los demás tebeos o fueron estos lo que se lo dieron al TBO, tan ameno y tan completo, desde su primero al último número; con aquellas graciosas shistorietas de la familia Ulises dibujada por Benejan: o las hermanas Gilda, entre otros muchos personajes, creados por los dibujantes Coll, Urda, Castanys, etc.; sin olvidarnos de los grandes y geniales inventos del Profesor Franz de Copenhague.
Y no olvidemos, tampoco, la parafernalia que los tebeos traían consigo. Todos los niños esperaban ansiosos, a la puerta de la librería de don Mariano Gener, en la calle Larga, la llegada de los tebeos, cada fin de semana. Y, sobre todo, el mercadillo que se montaba espontáneamente, todos los domingos, por los propios chiquillos, en la plaza Romero Martínez, frente a la fachada del teatro Villamarta, para cambiar sus tebeos por otros; así como tambien cambiar, vender o comprar, aquellos viejos programas de cine que todos coleccioanabamos entonces; junto a cintas de películas - una de medio cuerpo de nuestros actor o actriz favoritos era lo más de lo más - y los cromos de Nestlé y de las producciones cinematográficas de Walt Disney, como Blanca Nieves, Dumbo, el Pato Donald y otras de dibujos animados que tanto hacían las delicias de los niños de mediados del pasado siglo; cuando la vida era más sencilla y más inocente para todos ellos.
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