La tecnología de Abengoa mantuvo el vínculo con la superficie

Abengoa forma parte de la veintena de empresas implicadas en el rescate de los mineros y su papel ha sido determinante para sostener el vínculo de los atrapados con la superficie antes de que pudieran ser rescatados.

La participación de la multinacional andaluza se ha centrado en el mantenimiento de las palomas, los dos tubos de apenas diez centímetros de diámetro y hasta cuatro metros de altura que durante casi dos meses se han deslizado por sendos conductos de casi 700 metros de longitud para abastecer a los mineros de alimentos, medicinas y material como ropa o incluso camas nuevas. Además, las palomas han servido para crear una línea de comunicación directa entre los atrapados y sus familias gracias a que a lo largo de las sondas se tendió un cable de fibra óptica con el que se pudieron establecer videoconferencias.

"Abengoa se ha encargado de los winches, el sistema de izamiento con el que subían y bajaban las palomas y que ha servido como conducto de vida para los mineros", narra Jorge Sanhueza, gerente de sustentabilidad de la empresa estatal Corporación Nacional del Cobre (Codelco).

La firma andaluza, a través de su filial chilena, puso a disposición del operativo dos sondas "que se utilizan en minería para poder identificar los yacimientos", destaca Sanhueza. Sin embargo, su aplicación en el operativo no fue sencilla por las dificultades geológicas y la premura de tiempo para establecer contacto, por lo que hubo que realizar varias modificaciones "sobre la marcha" para adaptarlas a su nueva utilidad, ya que nunca se habían empleado en un rescate a tanta profundidad.

"Al principio las palomas eran de PVC pero después se hicieron de acero inoxidable porque eran más resistentes", afirma el directivo de Codelco.

Conforme avanzó el operativo también variaron las dimensiones de las palomas. "En la primera fase eran de siete centímetros de diámetro. Posteriormente pudimos ampliarlas a 8,8 centímetros de diámetro para que tuvieran más capacidad", destaca Jorge Sanhueza, que agrega que afortunadamente no hubo problemas con el peso. "No había limitaciones porque los winches permitían una sobrecapacidad de izamiento", agrega el gerente de sustentabilidad de Codelco.