El temporal deja un reguero de caballos muertos en Alhaurín

La página ecuestre

Los intermitentes desbordamientos del Guadalhorce acaban con la vida de 9 caballos y 6 ponis que se alojaban en un centro ecuestre ilegal que había sido denunciado

Uno de los caballos muertos en el centro ecuestre denunciado en Alhaurín de la Torre.
Uno de los caballos muertos en el centro ecuestre denunciado en Alhaurín de la Torre.

26 de febrero 2010 - 01:00

El intenso temporal de lluvia que está castigando de manera especial el sur de España, la dramática situación económica y, también hay que decirlo, la falta de escrúpulos están obligando a las sociedades protectoras de animales a doblar sus esfuerzos para socorrer y dar refugio a la cabaña equina andaluza. En concreto, el centro malagueño CYD Santa María acaba de presenciar el espectáculo más dantesco desde que comenzó su actividad hace una década. Las severas inundaciones y los sucesivos desbordamientos del río Guadalhorce han dejado tras su paso un reguero de cadáveres de caballos, ponis, perros y cabras en un centro ecuestre ilegal situado en Santa Amalia, barriada castigada violentamente por las fuertes lluvias de la semana pasada en el municipio malagueño de Alhaurín de la Torre. La Concejalía de Servicios Operativos de este municipio ha asumido estos días la retirada y la incineración de los 27 animales (nueve caballos, seis ponis, cinco cabras y siete perros), un hecho que según Virginia y Concordia Márquez, del refugio CYD, se podía haber evitado si las autoridades hubieran escuchado a la protectora la primavera pasada. "Nosotros ya denunciamos ante el Ayuntamiento la situación en la que se encontraban los animales en mayo del año pasado e incluso ofrecimos nuestras instalaciones para albergar a los caballos y a los ponis, pero desoyeron nuestros avisos".

Ahora, casi un año después de la llamada de socorro, el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil y la Policía Local de Alhaurín de la Torre van a denunciar al propietario del centro ecuestre (hasta ahora desaparecido) por una negligencia que ha derivado en un problema de salud pública. Además, este vecino deberá asumir los costes económicos del traslado y la incineración de los cadáveres de los animales que quedaron al descubierto una vez bajó el nivel del agua y se pudo derruir el muro de la finca. En la explotación ganadera había además decenas de caballos, perros y cabras que paseaban entre el lodo y los cadáveres e incluso una tigresa que fue trasladada inmediatamente a un centro especializado de animales salvajes.

El operativo de rescate fue supervisado por los veterinarios del Servicio de Emergencias 112 y por la Oficina Comarcal Agraria (OCA) de la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía en coordinación con los técnicos municipales, que coinciden con los vecinos en que "la responsabilidad de los hechos recae exclusivamente en el propietario del recinto". Esta opinión, en cambio, no la comparten las sociedades protectoras de animales, que consideran que los ayuntamientos deben velar por la salud y el bienestar de los animales que estén en el término municipal, además de disponer de instalaciones municipales en las que acoger a animales de gran tamaño, como caballos y burros. En estos casos, son los albergues privados y sin ánimo de lucro los que asumen una carga moral y económica que es pública.

Algunos de los caballos murieron en el interior de los boxes del centro ecuestre, mientras que otros fueron arrastrados por la riada hasta la vía pública, dibujando una imagen dantesca y desastrosa para la opinión pública.

Tanto la Guardia Civil, a través del Servicio de Protección de la Naturaleza, como la Policía Local de Alhaurín de la Torre han levantado acta de lo sucedido para iniciar acciones legales contra el propietario de un centro ecuestre que acumula varias denuncias por parte de los vecinos y que están archivadas en los expedientes municipales. Por eso, las sociedades protectoras de caballos y burros han criticado duramente al consistorio del municipio malagueño, al considerar que "han hecho oídos sordos a un problema que se venía venir" y exigen que "hechos como este no se vuelvan a repetir".

La dramática noticia llega en un momento ya de por sí crítico para los refugios de animales, que están desbordados por las llamadas de socorro de los últimos meses. El albergue ecuestre malagueño CYD Santa María no duda en relacionar el intenso trabajo con la maltrecha economía, pues hay quien en situación de desamparo económico deja de dar de comer al caballo o a la yegua. Es en estos casos cuando el albergue malagueño entra en acción, primero alertando a las autoridades municipales y después actuando por su cuenta si considera que la vida del animal está en serio peligro. Se puede hacer cualquier aportación entrando en contacto con los responsables de la Asociación CYD Santa María (www.asociacioncydsantamaria.es).

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