Una tentadora millonada en el banco

Pilar Sánchez ha sido condenada por recurrir entre 2010 y 2011 a las dos únicas cuentas que tenían la suficiente liquidez para poder afrontar un gasto como las nóminas municipales

Pilar Sánchez, en el acto de colocación de la primera obra del centro de atención a autistas de Puertas del Sur, financiado con el Plan E.
Pilar Sánchez, en el acto de colocación de la primera obra del centro de atención a autistas de Puertas del Sur, financiado con el Plan E.
E. M. Cañas Jerez

19 de octubre 2014 - 01:00

Era septiembre de 2010 y al Ayuntamiento de Jerez arrastraba una preocupante falta de liquidez que le impedía hacer frente a sus obligaciones, fundamentalmente el pago de las nóminas de los trabajadores municipales y a empresas concesionarias, con las consiguientes protestas que ello generaba frente a la calle Consistorio. Entonces, la ex alcaldesa Pilar Sánchez decidió buscar fondos donde no debía, concretamente de dos cuentas bancarias restringidas donde había dinero; en la primera estaban los fondos transferidos por el Estado para ejecutar obras -el llamado Plan E- y en la segunda la subvención del Ministerio de Cultura para retomar las obras de la fallida Ciudad del Flamenco. Para ello, entre septiembre de 2010 y mayo de 2011 se dispuso de 9,3 millones de la cuenta abierta para el Plan E en la desaparecida Caja de Ahorros del Mediterráneo -que luego pasó a formar parte del Banco Sabadell- y unos 800.000 euros en La Caixa del convenio con Cultura.

El PSOE, y la propia ex alcaldesa, siempre han reconocido que se recurrieron a estas cuentas pero que había un plan previsto para reintegrarlo, una intención que, según su versión, se frustró ya que dejó de gobernar en 2011. Entre septiembre de 2010 y mayo de 2011 se hicieron reposiciones por cuantías totales de 3,9 millones, según reza en la sentencia que ha condenado a Pilar Sánchez a dos años de prisión por fraude en la concesión de subvenciones.

El Ayuntamiento de Jerez tenía por entonces en la cuenta de la CAM unos 15 millones de euros que debían ir destinados a hacer frente a pagar las liquidaciones de obras que periódicamente iban presentando las distintas empresas adjudicatarias de las obras financiadas con el Plan E. Entre 2008 y 2009, el ejecutivo central de José Luis Rodríguez Zapatero creó un fondo para transferir a los ayuntamientos cuantías millonarias para que las destinara a ejecutar obras. El objetivo era tratar de incentivar al sector de la construcción, herido de muerte por una crisis que aún persiste.

A todos los alcaldes del país les había tocado la lotería. Con unos ingresos municipales a la baja por la caída de la actividad urbanística, se veían de repente con la posibilidad de ejecutar proyectos que llevaban guardados en los cajones desde hacía años. A Jerez, en la convocatoria de 2009, le correspondió nada más y nada menos la friolera de 36 millones de euros que el gobierno municipal, como era lógico, no dudó en aprovechar. A esto se unió que al año siguiente, el Ministerio de Política Territorial (ahora integrado en el de Hacienda) hizo una nueva convocatoria concediéndole otros 22 millones de euros, de los que ingresó inicialmente 15 millones -el resto lo recibiría conforme justificara la finalización de las actuaciones-. Mientras, en mayo de 2010 el Ayuntamiento firmaba un convenio con el Ministerio de Cultura para retomar las obras de la Ciudad del Flamenco. Algo más de tres millones de euros transfería el Estado para que se hiciera realidad el suntuoso proyecto de la plaza Belén.

Por lo tanto, en septiembre de 2010, el equipo de gobierno dirigido por Sánchez vio en ambas cuentas restringidas -su destino tiene carácter finalista- su tabla de salvación. Y recurrió a ello en varias ocasiones. Así lo corroboran las transferencias realizadas en diciembre de 2010 así como en abril y mayo de 2011.

El final de todo es conocido. Algunas obras quedaron sin acabar y hubo muchas empresas a las que no se les abonó todas las certificaciones. De hecho, el pasado mes de agosto el Tribunal de Cuentas fiscalizó la ejecución del Plan E de 2009 advirtiendo que Jerez había sido el municipio donde más dinero se había quedado sin ejecutar. Proyectos como la Escuela de Idiomas de la calle Ponce, el centro polifuncional de Blas Infante, las obras de la jefatura de la Policía Local, el centro de interpretación del río y el Museo de Lola Flores se quedaron a medio hacer o ni siquiera se empezaron. Estos proyectos se retomaron y algunos ya están operativos pero otros siguen abandonados. En cuanto a la Ciudad del Flamenco, es de sobra conocido que sigue siendo un proyecto virtual que tardará años en hacerse realidad, si es que finalmente llega a hacerse tal y como se concibió en un inicio. Tanto el Fondo Estatal como la subvención eran finalistas por lo que no se podían destinar para otro menester, una obligación que sustenta la sentencia del Juzgado de lo Penal que ha acabado condenando a la ex regidora ya que considera probado el delito por fraude en las subvenciones.

Sin embargo, el Ayuntamiento ha podido esquivar la devolución de estos fondos, con el consiguiente perjuicio que esto podría haber llevado. En lo que respecta al Plan E, el real decreto que lo regulaba establecía que las obras debían estar listas el 31 de diciembre de 2010 y justificadas en el primer trimestre de 2011, plazos que incumplió Jerez. Sin embargo, no fue el único ayuntamiento afectado por lo que el Gobierno central concedió una prórroga de seis meses, que luego se amplió a 12 meses. Finalmente, el Ministerio de Hacienda acabó flexibilizando las condiciones. Para empezar, permitió que solo se tuviera que devolver aquellas cuantías no gastadas y no la totalidad de la transferencia. Incluso, permitió la posibilidad de que los ayuntamientos no tuvieran límite de tiempo para ejecutarlo, siempre y cuando fueran diligentes en retomar las obras. A esto es a lo que se ha agarrado el Ayuntamiento para acabar las obras pero aún hay dos actuaciones en las que no se ha avanzado.

Mientras tanto, en 2012 hubo unas conversaciones entre el gobierno local del PP y el Ministerio de Cultura para tratar de evitar el reintegro de la subvención para la Ciudad del Flamenco. Desde entonces, poco más ha trascendido sobre una hipotética devolución de estos fondos.

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