Publicaciones

Un tiempo apasionante y desconocido

David Guillén posa en la plaza del Banco, durante la entrevista.

David Guillén posa en la plaza del Banco, durante la entrevista. / Manuel Aranda (Jerez)

Portada del libro. Portada del libro.

Portada del libro.

“La historia musical de Jerez es mucho más brillante y apasionante de lo que nadie, que no haya leído este libro, pueda imaginar”. El organista jerezano Ángel Hortas es el autor del prólogo de ‘La música académica en Jerez de la Frontera en la segunda mitad del siglo XIX’ (PeripeciasLibros). Una obra del trompetista, también jerezano, José David Guillén Monje, que ya se ha presentado en la UCA, en Cádiz; en Jerez este pasado viernes, en el Museo Arqueológico; y también lo hará este domingo, 24 de abril, a las 20 horas, en el café-bar Damajuana, para celebrarlo luego con un brindis.

La segunda mitad del siglo XIX fue un significativo periodo para la expansión de la música académica en Jerez. Desde 1851, la Sociedad Filarmónica Jerezana fue una de las entidades de peso que la promulgaría. Las diversas academias se propagaron en esta etapa decimonónica, siendo los teatros los espacios propios para la divulgación del repertorio nacional e internacional. Asimismo, las bandas, tanto castrenses como civiles, además de algunos círculos locales con inquietudes hacia el arte de Euterpe, acrecentaron el acervo cultural, al igual que su implementación en las diversas iglesias. La música en Jerez, como la conocemos en la actualidad, le debe mucho a este apasionante tiempo.

Por ello, el presente ensayo tiene como objetivo principal dar la importancia que se merece a la música académica en Jerez en aquella época, además de hacer divulgación y recoger la historia de la misma. Para ello, la metodología empleada ha sido la de recopilar información desde la hemeroteca histórica a partir de un vaciado de la misma, gracias a las posibilidades que otorgan plataformas digitales como la Biblioteca Virtual de Andalucía, la Biblioteca Virtual de Prensa Histórica o la Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional de España.

Pero sin duda, la publicación que ha sido fundamental para articular este trabajo ha sido El Guadalete (1852-1868/1873-1936). A este periódico se podría considerar como un compendio de las memorias de la ciudad en el periodo acotado, desde el que se narraba y criticaba todo lo que acontecía a partir de una suerte de gacetas que siempre, y de manera incondicional apoyaron la música. Otros datos han sido facilitados gentilmente por familiares de algunos de los músicos que exponemos”, explica el autor.

Pero, ¿cuál es el origen de este libro? “Yo siempre he tenido un gran interés por la musicografía. Gracias a Ángel Hortas conocí a Francisco Navarro, un músico excelente de Jerez, organista de la iglesia de San Marcos. Escuché un Ave María de él, precioso. Nacido a finales del XIX, desarrolló su carrera en el XX. Con el tema de la pandemia, se me cayeron todos los conciertos y cuando me ponía a leer las noticias de las hemerotecas, me quedaba entusiasmado. Empecé entonces a descubrir historias como la de la Sociedad Filarmónica Jerezana, la del nacimiento del primer conservatorio de Jerez en 1873 por el músico Francisco Ramírez, de otros autores... Cosas que compartía con otros estudiosos que ellos mismos desconocían. Esto fue lo que me impulsó a seguir investigando y a dar forma a este libro. Aquí no hablo de qué obra es mejor o peor, sino del increíble movimiento musical académico que había en la ciudad”.

Un estudio que habla de las asociaciones musicales y artísticas jerezanas, los centros de estudios musicales, las orquestas de música académica, las bandas civiles y castrenses, la música en las iglesias, agrupaciones de cámara, coros y orfeones, teatros, teatro-circos, salones, cafés cantantes, la música en los casinos, registro de órganos y armonios, etc. También recoge la influencia del flamenco en la música académica. Asimismo, cómo se promulgaban los instrumentistas y la composición por lo que se aporta el pertinente diccionario de músicos jerezanos o vinculados a la ciudad. Un libro trufado de imágenes, noticias, etiquetas, tablas, partituras..., y, por supuesto, con su bibliografía.

Pero si algo le ha puesto David a este libro, además de tesón y dedicación, es alma. El deseo de honrar a los que antes le abrieron camino. “A día de hoy, yo trabajo en un conservatorio y tengo un sueldo digno. Y eso ha sido porque antes hubo gente que estuvo trabajando en condiciones más precarias, que también he vivido yo. Son personas que no conozco, pero me parecía de justicia hacerles este homenaje. Y a la postre, reconstruir la historia musical de nuestra ciudad, que estuvo muy en boga en el resto de España, con grandes impulsores. Ojalá que este trabajo sirva como herramienta también para futuros investigadores, a la búsqueda por ejemplo de partituras. Lo bonito de todo es la reconstrucción de esta historia entre todos”.

A la vista está la publicación de la continuación de este estudio.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios