A las tiendas del centro no le salen las cuentas en verano

Los problemas habituales se suman estos meses a los estragos del calor La llegada de turistas o el efecto de las rebajas son sólo paños calientes para un problema endémico

Varias personas pasan por delante de un escaparate en calle Algarve.
Varias personas pasan por delante de un escaparate en calle Algarve.
Pablo Fdez. Quintanilla Jerez

15 de agosto 2016 - 01:00

La llegada del calor genera cada año las mismas sensaciones contradictorias en las tiendas del centro. Por un lado, julio se inaugura con un periodo de rebajas, lo que arrastra hasta ese 'Jerez Centro Comercial' a muchos visitantes que no suelen dejarse ver por calle Larga y aledañas. Pero, por otro, el intenso calor convierte a la zona noble de la ciudad en un área acotada para valientes, porque el tránsito de la mañana se convierte en un solitario núcleo entre las dos y las ocho de la tarde. A partir de esa hora, cuentan los comerciantes, el centro se va llenando de vida. "A esa hora estamos mano sobre mano, con poco que hacer", señala una encargada de tienda.

Una de las reivindicaciones que el sector sostiene el resto del año es el problema del aparcamiento, que exige un incómodo desembolso en zona ORA o estacionamientos subterráneos que disgusta a los clientes. La empleada de un comercio de Larga lo reconoce sin tapujos. "Yo apenas vengo al centro si no es para trabajar, no me gusta. A lo mejor lo hago cuando en una tienda de los centros comerciales a los que suelo ir me dicen que la talla que busco está en su establecimiento del centro. Es que esto es muy incómodo, tienes que buscar un sitio para aparcar, te cobran la zona azul y sólo puedes pagar por dos horas. Si te quedas más tiempo, tienes que acercarte al coche a renovar el ticket". Sin embargo, ni siquiera el hecho de que por las tardes sea gratuito alivia al comercio en julio y agosto. "Ponte a buscar, con lo cómodo que es dejarlo delante del centro comercial, que vas sobre seguro", insiste esta vendedora.

Además, si bien el centro retoma la afluencia de personas desde las ocho de la tarde en adelante, "la mayoría vienen a los tabancos y a los bares. Sí, entra gente, pero no vienen con las cosas muy claras", dicen desde una tienda de ropa para mujer. "Aquí vendemos a señoras de a partir de unos cuarenta años. Imagínate que entran por la puerta junto a sus hijos y su marido. ¿Los va a dejar esperando hasta que se decida? Pues no, por mucho que eche un vistazo, para que acaban comprando tiene que ser que vengan al día siguiente o se van directamente a un centro comercial".

La búsqueda de razones para sacar adelante el centro de Jerez arroja miles de opciones, pero en verano parece que es más complicado dar con la tecla. "Por aquí pasan turistas, no demasiados en comparación con otras ciudades pero sí, pasa gente por el centro. Los extranjeros suelen ser desconfiados a la hora de llevarse una prenda. Los turistas nacionales sí compran algo más, pero en ningún caso nos ayuda a cerrar una caja en condiciones", cuentan desde otro establecimiento de Larga. "Aquí cierras un día y a los mejor has vendido 300 euros o menos. Con los costes y demás, sales perdiendo". Es por ello que, unánimemente, desde la industria insisten en que en el centro no salen las cuentas. Las sensaciones van desde un lacónico "podríamos estar peor" hasta los "igual o peor que el año pasado".

Una persona que ha sido empleada en un centro comercial con más éxito pero que ahora está en el centro aporta una de las claves. "Los días más fuertes del centro son los días entre semana. Entre bancos, la gente que trabaja aquí, el mercado de abastos... Bueno, se ve movimiento por las mañanas. Los fines de semana son mucho peores. El centro comercial es un lugar de fin de semana, porque de lunes a jueves está más vacío. Pero aun así, el mejor día del centro suele estar ahí con un día normal del centro comercial. Y en verano, con este calor, mucho más. Te tiene que gustar mucho el centro para venir aquí a comprar".

Una propuesta sobre el horario estival de las tiendas cuenta con diversidad de opiniones. "Deberíamos abrir hasta más tarde", dice una empleada en la veintena de un establecimiento. "Si la gente viene al tabanco a tomarse algo, ¿por qué se está cerrando a las nueve o a las nueve y media?", dice. Una compañera con varias décadas de experiencia le rebate. "Yo he trabajado noches blancas, que estábamos hasta las doce, y nada, no tenía un movimiento como para que mereciera mucho la pena. Lo que tienen que hacer es incentivar el centro, pero ni a ti ni a mí nos gusta quedarnos hasta las tantas para que a esa hora no haya nadie o para que entren dos o tres que no te van a solucionar nada", le responde.

Cuando se le pregunta a algún profesional sobre el futuro del centro, está visto que el verano sólo hace algo menos llevadero los problemas de siempre. "Tienen que bajar los precios de los locales, no hay otra", dice un encargado de tienda. "La única solución es que venga más gente al centro, porque hay mucha competencia, muchas tiendas, y poca clientela". Precisamente, con el final de agosto la calle Larga dirá adiós a otro de sus establecimientos. "Yo llevo tres años aquí. Se ven tiendas abrir y al poco volver a cerrar. El local lo cogerá otra persona. Y a ver qué pasa", lamentan desde otro establecimiento. "Tú habla bien del centro, que así se animará la gente", pide otra vendedora.

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