Jerez

Más de trescientas encajeras de bolillos lucen su arte en la plaza del Arenal

  • La cita, la segunda de este tipo que se celebra en la ciudad, ha sido organizada por Igualdad

Más de trescientas mujeres se dieron ayer cita en la plaza del Arenal para mostrar a todo el que pasara por allí lo que es el arte del encaje de bolillo con motivo del segundo encuentro de encajeras 'Ciudad de Jerez'. La cita ha sido organizada por la delegación de Igualdad y Salud, que dirige Margarida Ledo, conjuntamente con el Centro Social de Jerez, la propia Junta y la asociación Racimo.

Hay que destacar que este tipo de encuentros se han hecho en otros puntos de la geografía andaluza, y muy recientemente, en la provincia de Almería. En la cita jerezana se concentraron más de trescientas féminas de toda la comunidad autónoma para demostrar que este arte del complicado encaje de bolillo sigue al día. Y de qué manera a juzgar por cómo las profesionales confeccionaban sus piezas demostrando una habilidad y destreza sin igual.

Las participantes en este encuentro llegaron a la plaza a eso de las 10:30 horas y tras acreditarse 'tomaron' este enclave del centro jerezano. Durante tres horas dejaron patente una técnica adquirida a lo largo de los años y heredada de sus mayores. La jornada concluyó con un almuerzo de convivencia en la bodega La Tonelería.

La delegación de Igualdad y Salud ha destacado la importancia de esta concentración, no sólo para mostrar la tradición del encaje de bolillo, sino como espacio para fomentar la creación de redes solidarias y de unión entre las mujeres de Jerez y otras localidades. La propia Margarida Ledo, responsable de esta área ha agradecido "el esfuerzo de las personas implicadas para llevar a cabo este acto, y en especial al Centro Social de Jerez y la asociación de mujeres Racimo".

En España, hasta los años 50, era costumbre enseñar la técnica del encaje de bolillos a las niñas en las propias escuelas, porque se consideraba imprescindible en la educación femenina. En general el aprendizaje se hacía en el propio hogar, heredando los conocimientos y los patrones de madres a hijas y así sucesivamente. Esta actividad generalmente se hacía en común, por lo que servía de lugar de encuentro y charla para las mujeres, que trabajaban en la calle cuando la temperatura lo permitía. Ese punto común de esparcimiento y trabajo fue ayer la plaza del Arenal, que espera a las encajeras hasta el año que viene.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios