Un tribunal popular juzga desde hoy el crimen de la calle Ídolos

Un tribunal popular juzga desde hoy el crimen de la calle Ídolos, cuya víctima era el dueño de la tortillería Poti-Poti de la calle Porvera. Nueve ciudadanos serán los que valoren con las declaraciones de los testigos y las pruebas que se presenten si el único acusado por este asesinato, un ciudadano de nacionalidad ucraniana con las iniciales de V.Z., es o no culpable de los hechos que se le imputan, que son bastante graves por cierto. No en vano la acusación particular solicita para este joven una pena de veintiséis años de cárcel por el delito de asesinato que supuestamente cometió a finales de agosto del 2007. Además se le suman otros hechos, ya que hay que recordar que presuntamente sustrajo algunos objetos de la casa del finado y que se llevó su vehículo, que apareció días más tarde. La acusación particular la ejerce la familia de la víctima, que dejó a su muerte cuatro hermanos. Está representada por el bufete Cosano y asociados.

La pena que por su parte pide la Fiscalía es algo menor, ya que asciende a veintidós años. Ambas partes entienden que el día de los hechos, el 26 de agosto de 2007, hubo alevosía y ensañamiento, es decir, que se quiso hacer sufrir a la víctima. Para ello se remitirán seguramente a los informes forenses, donde suele reflejarse cómo y por qué se produjo la muerte, si hubo signos de lucha y hasta qué punto y si por ejemplo la agresión pudo comenzar con previo aviso o no, algo que puede ser fundamental en este caso. El fallecido presentaba varias heridas de arma blanca, una que le llegó al pulmón y la otra a corazón, órganos vitales.

Tanto la Fiscalía como la acusación particular solicitan además otro año más de prisión por un delito de hurto, ya que presuntamente V.Z. se hizo con varias pertenencias de la víctima entre las que destacaban un móvil, un ordenador y una cámara de fotos. También sustrajo su coche (hurto de uso de vehículo) que fue descubierto días más tarde en la ciudad de Algeciras. El imputado, que ha estado todo este tiempo en prisión preventiva, fue arrestado en Barcelona a mediados de septiembre de 2007, dos semanas después del suceso.

Por su parte, la defensa sostiene una versión que difiere bastante de la de las partes acusadoras. Estima que la agresión se produjo tras una provocación y un ataque por parte de la víctima, no sin previo aviso. Además, ese día el imputado había bebido alcohol y consumido drogas. Esta parte alega en principio dos eximentes, la de enajenación mental transitoria tras una provocación, así como la de intoxicación etílica y toxicológica. Según esto no sería responsable, criminalmente hablando, de aquello de lo que se le acusa. Asimismo, en caso de que se considerase que el acusado es criminalmente responsable, la defensa sugiere un delito de homicidio y no de asesinato, con lo que la pena en caso de condena sería algo inferior.