Jerez

El verano provoca el descenso de las ventas en el mercado de abastos

  • La afluencia de clientes a la plaza disminuye los meses de julio, agosto y septiembre

  • Las vacaciones de los jerezanos y el calor son los motivos

El mercado central de abastos de Jerez, popularmente conocido como 'la plaza' por sus habitantes, es uno de los más antiguos de Andalucía. Con 133 años de historia ha sido, es y seguirá siendo el lugar de trabajo de multitud de familias que, generación tras generación, han ocupado la labor de sus antecesores. Sin embargo, a pesar de su antigüedad y de tratarse de uno de los núcleos centrales del comercio de la ciudad, no escapa de los efectos negativos que provocan los meses de julio, agosto y septiembre en los pequeños negocios.

La época estival causa estragos, las ventas descienden considerablemente con respecto al resto del año. Los meses de invierno y los periodos vacacionales de Navidad y Semana Santa son los que cuentan con una mayor afluencia de clientes en el mercado. Pero esto no es ninguna novedad, se trata de una realidad a la que se tienen que enfrentar los comerciantes cada año. Juan Pablo González, vicepresidente de los comerciantes del mercado, asegura que la ventas este verano son muy parecidas con respecto a las del año pasado, "el público viene siendo el mismo", declara a este medio.

"El aparcamiento y los autobuses han sido siempre nuestra eterna lucha"

La mayoría de los comerciantes afirman que el principal motivo de este descenso en las ventas es la marcha de los habitantes de Jerez a la costa durante el periodo vacacional. "El 70% de las ventas reales son de gente del centro y muchas tienen casas de veraneo. Notamos que faltan las clientas del día a día", comenta Miriam Álvarez, comerciante del puesto de ultramarinos número 46, 'Las niñas'. Otros, en cambio, culpan a la competencia que generan las grandes superficies y a la mala economía de los jerezanos, provocada por las altas tasas de paro en la ciudad.

El calor es otro de los motivos por los que la presencia de clientes disminuye en verano. "A los que viven en una barriada les cuesta más trabajo venir con el calor que con un día agradable", afirma González. Este verano, hasta julio, fue uno de los menos calurosos que se recuerdan, lo que pareció darle un poco de tregua a los negocios del mercado para solventar la situación. Además, los comerciantes agradecen la instalación de sistemas de aire acondicionado en el recinto. "Gracias a que nos pusieron aire acondicionado se está más fresco, si no lo tuviéramos no se podría estar aquí, nos tendríamos que ir para casa y además, no vendría nadie", asegura José Manuel Calvo, vendedor de pescado. Sin embargo algunos dependientes afirman que la mayor parte del tiempo esta instalación no funciona correctamente.

A estas dificultades específicas de la época estival se les suman otras que parecen estar siempre presentes. "El aparcamiento y los autobuses han sido siempre nuestra eterna lucha", reclama Juan Manuel Segura, vendedor del puesto 16 del área de pescado. Las altas tasas de los aparcamientos subterráneos del centro, la zona azul y el mal funcionamiento de los autobuses urbanos suponen grandes trabas a la llegada de clientes al mercado. "Que se lleven a cabo mejoras en este tema es fundamental. Los clientes no saben dónde aparcar, tienen que meterlo en un parking y son muy caros. Los autobuses están destrozados, te montas y sientes pánico, están muy viejos", comenta José Manuel Calvo. Ante tal coyuntura, los comerciantes han buscado una solución alternativa, "ahora tenemos una promoción nueva, estamos dando tickets de descuento para el aparcamiento de la Plaza del Arenal", declara la comerciante del puesto número 46.

Las dificultades son evidentes durante el verano, sin embargo, los comerciantes del edificio de la calle Doña Blanca parecen tener herramientas para salir adelante. "Aunque desciendan un poco, seguimos teniendo nuestras ventas y podemos decir que nos salvamos" comenta el vicepresidente. Actualmente el recinto cuenta con 115 puestos (43 de frutas y hortalizas, 40 de pescados, 15 de carnes, siete de recovas, dos de encurtidos, tres de ultramarinos, una panadería, uno de congelados, dos de especias y un bar), por lo que la variedad de productos es observable. Por este motivo resulta difícil determinar cuál es el producto que más demandan los clientes durante los meses de verano. Mientras en pescadería el producto estrella parecen ser las sardinas, en los puestos de frutas y verduras, la sandía, el melón y los tomates para el gazpacho son los alimentos que destacan. "Aquí en carnicería se compran más productos para la plancha, cosas más ligeritas, la gente hace menos puchero y guisos", asegura Juan Pablo.

Pese al descenso de las ventas, el mercado central de abastos de la ciudad siempre se encuentra abarrotado de gente, el ajetreo constante es característico del interior de sus muros y de los alrededores. Con casi siglo y medio de vida, 'la plaza' sigue reflejando la realidad social y la esencia de Jerez. No solo ha supuesto un trabajo, sino también un estilo de vida para multitud de familias jerezanas que han luchado por salir adelante. En esta etapa de crisis algunos de los comercios del mercado no han soportado los duros golpes que ésta ha traído consigo, llegando incluso a desaparecer mientras que otros llevan resistiendo durante años.

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