Más ruido que nueces. La crisis mundial del transporte y el desabastecimiento de materiales y materias primas salpica indirectamente al sector de las bebidas, entre ellas el vino y el Brandy de Jerez, donde, de momento, únicamente hay problemas puntuales, que no generalizados, con un alcance limitado.

"Es más la sensación de que puede faltar que la realidad", coinciden en señalar desde Fedejerez y Espirituosos España, cuyos respectivos presidentes, Evaristo Babé y Bosco Torremocha, apuntan a la concurrencia de diversos factores, entre los que citan "picos de demanda inesperados y roturas en algunos casos de stocks" en marcas determinadas, que en el caso de las bebidas espirituosas, apenas vienen a representar el 5% del total.

Los responsables de la patronal bodeguera jerezana no tienen constancia de la existencia de grandes problemas hasta la fecha ni en el aprovisionamiento de las bodegas ni en su envíos a España y a la exportación, si bien admiten la existencia de algún retraso ante lo que Babé califica de "burbuja", alimentada según fuentes del sector por la especulación.

Aunque aún no se ha registrado una traslación en el segmento de las bebidas al precio de venta a los consumidores, siempre hay quien intenta aprovechar la coyuntura. De hecho, indican las fuentes, ya es casualidad que en un momento así fallen los hornos de tres de los cuatro fabricantes de vidrio del país.

Las mismas fuentes explican que, más bien, en el contexto actual se está produciendo lo que denominan un 'efecto papel higiénico', como ocurrió en el confinamiento de la población por el covid, durante el que se generó un estado de ansiedad que empujó a los consumidores a comprar más de lo que necesitan, a hacer acopio, ante el temor a que se acabaran las existencias de determinados productos.

Algunas cadenas de distribución y mayoristas están empezando a limitar la cantidad de determinados productos que pueden llevarse los clientes para hacer frente a los efectos del acopio y evitar el desabastecimiento en sus lineales.

Según Babé, las bodegas del Marco suelen trabajar con stocks de seguridad de botellas, cápsulas, tapones, etiquetas y cartonaje para hacer frente a este tipo de eventualidades, extremo que confirman algunas de las principales firmas bodegueras de Jerez como González Byass y Williams & Humbert, desde las que aseguran que siguen trabajando con absoluta normalidad, salvo retrasos puntuales en la atención de algunos pedidos.

En el sector se tiene la impresión de que la situación no va a peor y se piensa que se reconducirá en las próximas semanas, manifiesta Torremocha, quien atribuye los retrasos a la falta de contenedores y al incremento de costes de los fletes, que se han disparado desde 1.800 hasta 18.000 dólares –de unos 1.500 euros a 15.500–.

Sin embargo, el responsable de Espirituosos España indica que la crisis mundial del comercio se manifiesta a través de dos vías, el aprovisionamiento y la exportación, si bien puntualiza que, en todo caso, puede que el precio se resienta algo en esta última por el incremento de los costes del transporte, aunque tampoco supone mucho en el precio final del producto.

Torremocha recuerda que las bebidas espirituosas sufrieron un mayor descenso en ventas durante la pandemia, en concreto del 30% frente a la caída del 18% del vino o del 12% de la cerveza, y la reapertura del ocio nocturno coincide con un momento en el que la cadena de aprovisionamiento se ha ido limpiando, y en momentos de pico de demanda puede faltar producto, si bien insiste en que únicamente afecta a algunas marcas y de forma puntual.