José Manuel Coca, el 'artesano de las zambombas jerezanas', ha cesado su actividad artesana “después de que los encargos hayan desaparecido como consecuencia de la pandemia”. El panorama que se cierne sobre las navidades es malísimo, con el derecho de reunión, más que previsiblemente, reducido a las familias convivientes.

Según destaca este artesano “a estas alturas de año ya eran habituales los encargos de los coros de villancicos, así como la restitución de los carrizos que se habían roto y se habían dejado para las próximas navidades. Y ahora no hay nada de nada de esto, cero”.

Visto el panorama José Manuel Coca ha decidido frenar la producción, cesar la actividad, para intentar dar salida sin muchas esperanzas a las zambombas sobrantes del año anterior. “Espero que algunas de las pequeñas sean compradas como regalo porque las grandes, que son las que se tocan en las galas y en las zambombas, van a tener poca salida”.

A estas alturas, la única esperanza que le queda a 'Coca', como es popularmente conocido, “es vender algunas que tengo expuestas en Abrines, Casa Quevedo y en Prieto Música”. En estos momentos, y dado el confinamiento en que está sumida la ciudad, la posibilidad de que algún turistas la compre y se la lleve consigo es nula.

Tras este cese de actividad hay un amplio trabajo, que comenzó el año pasado, que se queda sin compensación. “Ahí en el taller tengo las cañas recogidas en verano, que deben secarse durante meses, así como las orzas (vasijas de barro) que compré a los proveedores. Visto cómo está la cosa ya he tomado la determinación de dejar de hacerlas porque es para nada”. Mantiene un pequeño stock de 50 de ellas por si alguien deseara comprar una “lo que al menos me valdría para ir cubriendo algunos gastos”.

Y en la parte que le incumbe, José Manuel Coca reconoce que aunque sea malo para sus zambombas “la verdad es que hay mucho miedo entre la gente, ni siquiera nadie está preguntando lo que en este mes era algo muy habitual. Ciertamente no hay ánimos este año para zambombas”.

Un año normal, José Manuel Coca vendía más de 200 zambombas, especialmente de las pequeñas que eran muy demandadas como regalo al tratarse de una artesanía directamente ligada a la cultura de Jerez. Las vendidas, muchas de ellas, viajaron a los destinos más insospechados del mundo. Así, hay zambombas suyas “en todas las provincias de Andalucía e incluso más allá, en el extranjero. Las he enviado a Houston, en los Estados Unidos y hasta en el Reino Unido y muchas en Cataluña, en Barcelona para ser más concretos”.