La colmena

Magdalena Trillo

mtrillo@grupojoly.com

Qué pasa ahora en la izquierda

Cómo van a construir un proyecto unitario a la izquierda del PSOE si entre ellos vuelan los cuchillos

Pablo Iglesias y Yolanda Díaz, en la anterior campaña electoral.

Pablo Iglesias y Yolanda Díaz, en la anterior campaña electoral. / Cabalar (EFE)

Una y otra vez, tropezamos en la misma piedra: que los movimientos de izquierdas no sean capaces de ponerse de acuerdo para proponer una candidatura unitaria no es una cuestión de valores y principios (aunque nos lo quieran vender así) sino de puestos en las listas y de poder. Y lo que está en juego es el pragmatismo electoral. Para las generales de noviembre y para las locales de mayo.

Dicen en Podemos que los "acuerdos de despacho" ya no funcionan; todavía recuerdo cuando los protagonistas del 15-M también nos advertían contra la democracia representativa y lo supeditaban todo a esas asambleas interminables (e infumables) con que tanto hemos sufrido los periodistas. Les cuento: votar para decidir votar; votar para ver qué se vota; votar para acordar quién informa; votar para volver a empezar. Echo la vista atrás, a modo de espejo retrovisor, para poner contexto a la propuesta de Podemos para convocar primarias abiertas en el proyecto unitario que está liderando Yolanda Díaz. La letra puede sonar muy bien (proceso abierto y hasta "generoso") pero la música va de lo de siempre: de cuotas de poder. Los morados son muy conscientes de la fuerza de su militancia: si se abre el proceso para tejer las candidaturas del frente de izquierdas que está construyendo Yolanda Díaz, será el partido de Pablo Iglesias quien mueva los hilos de Sumar. Así de sencillo.

Sigue siendo el fundador del partido quien escribe la hoja de ruta de Podemos. Desde la trastienda pero sin esconderse. La vicepresidenta ya avanzó este domingo en Sevilla que el lanzamiento de la gran coalición de izquierdas se realizaría en cuestión de días y ya ha apuntado una fecha simbólica en el calendario: el Domingo de Ramos en Madrid.

Hace un año que está en ello. En su proceso de "escucha". Con la paradoja de haberse recorrido toda España y no haber logrado sentarse y fijar un acuerdo con quienes deberían ser sus principales aliados. Claro que cuando empezó tenía el apoyo de Iglesias, luego el desencuentro y ahora, el recelo. No se fían. Ni se fían ellos ni quienes están más abajo.

Y aquí está el nudo gordiano de los frentes de izquierdas: cómo unir fuerzas y pedir la confianza de la ciudadanía si entre ellos vuelan los cuchillos. ¿De nada sirve la experiencia? Porque, en el pragmatismo de la ley D'Hont, no hay ningún escenario que premie la división. Y la derecha (sí) lo sabe. ¿Qué pasa (ahora) en la izquierda? Pues lo de siempre...

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