Alhambra Monkey Week

La noche del Monkey se mueve de nuevo

  • Tras la singular edición del año pasado, el Alhambra Monkey Week volvió a extenderse en la madrugada por las salas de conciertos de la ciudad

Los Jaguares de la Bahía

Los Jaguares de la Bahía / Javier Rosa

En la noche del viernes volvió el Alhambra Monkey Week a las salas de conciertos, tras la singular edición del año anterior. Poco después de medianoche comenzaba en la Sala Malandar la fiesta de Basque Music, la plataforma que promueve la visibilidad de las bandas del País Vasco, con Oki Moki, una de las que mejor representan actualmente el rock transgresivo y radical.

El que a la hora de inicio de estas fiestas todavía continuase la música en el Center, hizo que el público presente en todas ellas fuese escasísimo. Tan poca gente vino en esos primeros momentos que ni siquiera lo hizo el DJ de No sé a quien matar, que tenía que abrir en la Sala X la fiesta del sello granadino Casa Maracas. Eso hizo que cuando en la Sala Even, justo al lado, comenzase la fiesta de La Mota Comunicación, con el concierto de SecoSecoSeco, los espectadores no llegasen a la docena. Cinco años después de haber estado en el Monkey con su anterior banda de Little Cobras, los hermanos Rejano volvían desde El Puerto de Santa María, acompañados esta vez de la saxofonista Lidia Sáez para envolvernos con una fascinante música a contracorriente de las modas actuales, que nos recordó muchísimo a Morphine. Tras ellos ocupó el escenario la banda de su productor, Los Jaguares de la Bahía, que se presentaron en formato de trío para lanzarnos sus ritmos, ahora más cercanos al trap que al rock.

Mientras tanto, en la Sala X ya estaban actuando Las Dianas, facturando una especie de blandipunk con una enorme actitud que les va a hacer sobreponerse a sus carencias técnicas; tienen tiempo, porque además las cinco componentes son tan increíblemente jóvenes que una de sus guitarristas cumplió los veinte años encima del escenario. Unidad y Armonía les siguieron, con un larguísimo, aunque muy interesante, desarrollo musical pleno de psicodelia.

Para entonces las salas ya estaban prácticamente llenas de público y la noche del Monkey comenzaba a parecerse a las que recordábamos. Tanto que en la Even incluso se formó un pogo durante el concierto de los suecos Tear Them Down, que revitalizaron el grunge a base de canciones con tanta potencia como carga melódica. Tras ellos, rondando ya las cuatro de la madrugada, los eclécticos sonidos de los diferentes DJs se adueñaron de la noche y las salas se llenaron con todos los que estaban en la calle, resguardándose de la incipiente lluvia que comenzaba a caer.

 

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