El Circuito de Jerez-Ángel Nieto ultima los detalles y la puesta a punto para albergar este fin de semana el Gran Premio de España de Motociclismo, la cuarta prueba puntuable del Mundial de MotoGP. Desde hace varios días, las instalaciones jerezanos son un ir y venir de trabajadores de la organización de MotoGP y del Circuito afanados en las tareas de montaje de estructuras y carpas, cableado para televisión, montaje de la publicidad y puesta a punto de las instalaciones para que todo esté listo este viernes con la apertura de la pista para los primeros entrenamientos oficiales.

Lunes y martes se han aprovechado para instalar los ‘hospitalities’ de las respectivas fábricas en espera de poder acceder este miércoles a los boxes asignados para llevar a cabo el montaje e instalación de los equipos.

La actividad no cesa en el Circuito.

La pista jerezana no presenta novedades importantes con respecto a las dos ediciones celebradas el año pasado, salvo la inclusión este año de paneles luminosos de señalización a modo de banderas electrónicas que complementarán a las banderas tradicionales en algunos puestos de comisarios, y la ampliación (en 50 centímetros) de los márgenes en ambos lados de la pista entre las curvas 5 y 6.

Un Gran Premio, un año más, marcado por la pandemia mundial del COVID-19 y por tanto disputado a puerta cerrada sin la presencia y el calor del público en las gradas y bajo estrictas medidas de seguridad y sanitarias ya implantadas el año anterior con el objetivo de mantener una burbuja entre todos los miembros de la colonia MotoGP, que acuden al trazado ya vacunados desde la primera cita en Qatar.