Jerez y su circuito forman parte de la historia del Mundial de MotoGP. En el trazado jerezano se han vivido épicas batallas desde finales de los ochenta. Sus ocho curvas a derecha y cinco a izquierda están presentes en la memoria colectiva del buen aficionado al motociclismo y no pocas veces se han decidido carreras por la elección de los neumáticos, que en trazados como el de Jerez cobra una importancia casi esencial.

La goma es el punto de apoyo de toda la mecánica y de nada sirve una buena moto y puesta a punto si se cae en el error de no acertar con el neumático, sobre todo el delantero en el siempre difícil equilibrio de distribución del peso en una MotoGP.

Michelin, la firma proveedora de gomas de la máxima categoría, presenta en Jerez una selección de tres Power Slicks para la parte delantera (blando, medio y duro) y dos para la parte trasera (blando y medio). Los frentes son todos simétricos y un poco más rígidos que en 2022, mientras que los traseros son asimétricos y tienen un compuesto más duro a la derecha para manejar las ocho curvas que giran en esta dirección.

Aunque se anuncian temperaturas récord pese a estar todavía en abril, Michelin llega preparada en caso de lluvia, por lo que están disponibles las especificaciones blandas y medias tanto para la parte delantera como para la trasera.

Piero Taramasso, responsable de Michelin MotoGP, señala que "este año hemos revisado la asignación de neumáticos para abordar la forma en que han evolucionado las motos. Para optimizar el rendimiento y la confianza del piloto, las partes delanteras tendrán un compuesto más rígido en comparación con 2022. Las partes traseras serán más blandas globalmente, siendo la especificación principal soft, además de una alternativa medium que estará disponible en caso de que el clima sea particularmente cálido", como así parece que va a ser.