Francia blinda el estado de emergencia en la Constitución

La Asamblea Nacional avala la norma que permite quitar la nacionalidad a quien atente de forma grave "contra la vida" del país

El ministro francés de Exteriores, Laurent Fabius, ayer en la Cámara.
El ministro francés de Exteriores, Laurent Fabius, ayer en la Cámara.
Efe París

11 de febrero 2016 - 05:03

La Asamblea Nacional francesa aprobó ayer por una amplia mayoría el proyecto de ley que reformaría la Constitución de la V República para incluir en ella el estado de emergencia y la posibilidad de despojar de la nacionalidad a los condenados por delitos graves contra el país.

En la votación de la Cámara Baja, 317 diputados votaron a favor y 199 en contra, mientras que 51 se abstuvieron, y se dio así el visto bueno a que la llamada Ley de Protección de la Nación continúe su trámite parlamentario, que ahora la llevará al Senado en primera lectura.

La revisión de la Constitución causó serias grietas en el seno del gubernamental Partido Socialista del presidente François Hollande, pero también en las del mayor partido de la oposición, Los Republicanos, que lidera Nicolas Sarkozy. Muchos de los diputados de ambas formaciones se oponen a la tramitación de estas medidas restrictivas.

Los votos a favor superaron ligeramente las tres quintas partes que le serán necesarios para que el proyecto de ley pueda ser aprobado de forma por el Parlamento reunido en sesión bicameral en Versalles -una figura que en Francia se conoce como Congreso- tras haber pasado por la Asamblea Nacional y el Senado.

La pieza legislativa se compone de dos puntos: el primero se añade al artículo 36 de la Carta Magna para introducir en ella las condiciones en que podrá decretarse el estado de emergencia en Francia, actualmente en vigor y en proceso de ser prorrogado tres meses después de los atentados yihadistas del 13 de diciembre en varios puntos de París.

El segundo epígrafe, el más polémico, enmienda un párrafo del artículo 34 de la Constitución para determinar que "la ley fija las reglas (...) sobre las condiciones bajo las cuales una persona podrá ser despojada de la nacionalidad francesa cuando sea condenada por un delito que constituya un ataque grave contra la vida de la nación". Esta enmienda abre la puerta a que se pueda despojar a un ciudadano francés de su nacionalidad por crímenes vinculados con el terrorismo.

En una primera reacción, el primer ministro francés, Manuel Valls, que defendió vehementemente la reforma, aseguró estar "satisfecho" por el voto, y se mostró convencido de que obtendrá las tres quintas partes del apoyo del Congreso para su aprobación final en Versalles. Las enmiendas constitucionales fueron ya adelantadas por François Hollande, en su discurso ante el Congreso, reunido en Versalles el pasado 16 de noviembre, tres días después de los atentados.

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