atentado en turquía

Un terrorista mata a tiros a 39 personas en una fiesta de Año Nuevo en Estambul

  • La Policía cuenta con indicios sobre la identidad del atacante, que permanece huido y que hirió también a otras 65 personas en la discoteca.

  • No iba vestido de Papá Noel y dejó el arma en el local.

Las autoridades turcas buscan este domingo al autor del atentado perpetrado en una de la mayores discotecas de Estambul durante las celebraciones de Año Nuevo, en el que murieron 39 personas, entre ellas 15 extranjeros, y 65 resultaron heridas, según datos oficiales. El atacante, que irrumpió a tiros en el club Reina de la ciudad turca, es buscado por las autoridades. Ningún grupo u organización reivindicó aún la masacre condenada internacionalmente.

"Es un ataque terrorista", afirmó el gobernador de la ciudad, Vasip Sahin, a las pocas horas de producirse la matanza. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, declaró que el país hará todo lo necesario "para garantizar la paz de sus ciudadanos" y luchará "hasta el final" contra los atacantes de "organizaciones terroristas y las fuerzas tras ellas".

El atacante no iba vestido de Papá Noel

Según el ministro turco del Interior, Süleyman Soylu, la masacre fue causada por un hombre en el club Reina de la ciudad, a orillas del Bósforo, tras matar a un policía y un civil para poder acceder a las 01:15 hora local, señala la agencia estatal de noticia Anadolu. El primer ministro turco, Binali Yildirm, desmintió este domingo informaciones anteriores que apuntaban a que el atacante iba disfrazado de Papá Noel. Esas informaciones son falsas, dijo en Estambul.

"Sabemos que se trata de un terrorista armado", señaló. Aunque ya tienen indicios sobre la identidad del atacante, las autoridades trabajan bajo una fuerte presión para confirmarla. También se trabaja sobre el arma del tiroteo, la cual el terrorista habría dejado en el club para huir aprovechando el caos. Las autoridades contemplan todas las opciones, añadió. "El terrorismo no nos puede intimidar, no puede destruir nuestra fraternidad, determinación y unidad", añadió el jefe de Gobierno.

Un club selecto

El club Reina, un terreno de casi mil metros cuadrados en gran parte al aire libre y situado frente a la orilla europea del río Bósforo, es el lugar de encuentro para quien quiere sentirse parte de la sociedad elegante no solo turca sino internacional. No es fácil entrar en el selecto club, que exige una estricta etiqueta, se quejan algunos clientes frustrados, mientras que otros aseguran que buscan el local porque "allí es fácil ver a famosos". El propio club se presenta en la web con fotos de personajes como Joaquín Cortés o Esther Cañadas y no es raro que alguna de las celebridades llegue en yate privado hasta su amarradero.

Pero en la madrugada del domingo, cuando del 2017 aún no había pasado hora y media, el Bósforo sirvió de vía de escape a numerosos clientes que prefirieron lanzarse al agua helada antes que esperar las balas del asesino, que disparaba de forma indiscriminada contra la muchedumbre. Una lancha de la Guardia Costera turca acudió pronto y salvó a quienes habían buscado una vía de escape por el agua, y no consta que hubiera víctimas por ahogo.

Los testigos han descrito en la prensa turca un terrible pánico, en el que algunos incluso perdieron el conocimiento durante un suceso que duró siete minutos desde la llegada del asesino.El asaltante no necesitaba vestir de etiqueta: disparó las primeras balas de su arma automática en la acera ante el local, matando a un guardia jurado y a un civil antes de lanzarse al interior del club. Un vigilante, que se hallaba dentro, confesó a la prensa que se escapó al oír los tiros. "No vi qué vestía el atacante. Escuché tiros de un arma automática. Salimos corriendo, qué íbamos a hacer", dijo el empleado Emrah Altun a la prensa turca

Extranjeros entre las víctimas

El rotativo Hürriyet afirmó que, de las 39 víctimas mortales -25 hombres y 14 mujeres-, 11 son de ciudadanos turcos, 24 de otros países, mientras que quedan cuatro cuerpos sin identificar. Las autoridades han identificado a siete de nacionalidad saudí, cuatro de Iraq, tres de Jordania, dos de la India, dos de Túnez, dos del Líbano, una de Canadá, una de Siria, una de Israel y una de Bélgica.

Tres semanas después de la última masacre

El atentado en Estambul, apenas tres semanas después de que otra ataque terrorista dejara 45 muertos en la ciudad, fue rotundamente condenado por la comunidad internacional. Entre otros, el Gobierno estadounidense calificó lo ocurrido de un acto cruel que sólo subraya la brutalidad de los agresores.

Las autoridades turcas habían desplegado a 17.000 policías en Estambul por miedo a un posible atentado, informan medios locales. No obstante, los esfuerzos de seguridad se habían centrado en la plaza Taksim y la avenida Istiklal Caddesi, una popular zona de ocio nocturno.

El responsable del club Reina aseguró que no faltaban precauciones para garantizar la seguridad en la fiesta en la ciudad turca. La policía turca había aumentado su presencia dos semanas antes en Ortaköy, el barrio donde está ubicada la discoteca, y también en los barrios adyacentes, aseguró Mehmet Kocarslan. La guardia costera también había adoptado todas las precauciones de seguridad necesarias en el Bósforo, dijo.

Sin embargo, se escucharon algunas críticas: el líder de la oposición, Kemal Kilicdaroglu, criticó al Gobierno acusándolo de fallar en la lucha contra el terrorismo, pues no han logrado evitar que se produzcan atentados. Y según expertos, las "purgas" de Erdogan en las instituciones estatales tras el golpe de Estado fallido de julio no habrían contribuido a reforzar la capacidad en materia de seguridad.

Según el diario Hürriyet, el sábado habían sido detenidos ocho combatientes de la milicia Estado Islámico que tenían intención de atentar en la capital, Ankara. Turquía se convirtió en objetivo de la milicia terrorista tras el inicio de su operación en el norte de Siria el pasado agosto.

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