Barack Obama. Partido Demócrata

Del 'Yes, we can' a presidente de lo posible

  • Referente del "sueño americano", el presidente afronta la desilusión generalizada tras un mandato de luces y sombras.

El presidente Barack Obama tiene ante sí el reto de ilusionar de nuevo tras cuatro años en la Casa Blanca marcados por logros sociales y de seguridad pero con asignaturas pendientes como Guantánamo, la reforma migratoria y encarrilar una economía que no termina de despegar.

Cumplidos 51 años, su cabello se llenó de canas, pero sigue siendo el mismo hombre del que Michelle Obama se enamoró, como ella dijo en la Convención Demócrata. Obama, el primer presidente negro de la historia de EEUU, "conoce el sueño americano porque lo ha vivido".

El 4 de agosto de 1961 nacía en Hawai un niño llamado Barack como su padre, el economista keniano educado en Harvard Barack Obama Sr., pero a quien le dejó huella su madre, Stanley Ann Dunham, una antropóloga de Kansas.

Tras la separación de sus padres, Obama sólo volvió a ver a su progenitor una vez más y el nuevo matrimonio de su madre lo llevó al país de su padrastro, Indonesia.

A los 10 años su madre lo envió de vuelta a Hawai, con sus abuelos, para que recibiera una mejor educación. En su adolescencia hubo escarceos con las drogas y estaba más pendiente del baloncesto que de los libros, pero fue un alumno brillante y terminó estudiando Políticas en la Universidad de Columbia y Derecho en Harvard.

Su abuela materna, Madelyn Payne Dunham, fallecida el día antes de su histórico triunfo el 4 de noviembre de 2008, lo inspiró a pensar a lo grande.

Chicago, la ciudad de Michelle, una abogada con la que Obama se casó en 1992 y con quien tiene dos hijas, Malia y Sasha, le ha dado mucho al presidente. Allí se mudó en los 80 y fue trabajador social, luego profesor y defensor de los derechos civiles hasta dar el salto a la política en 1997 con su elección como senador estatal de Illinois.

En 2004, tras ganar relevancia en la Convención Demócrata con un discurso en favor de la reconciliación racial, Obama desembarcó en la política nacional y entró en el Senado.

El presidente es "un orador político clásico" y sus mítines de 2008, en la campaña en la que derrotó al republicano John McCain, "fueron algunos de los mejores ejemplos del discurso político estadounidense desde John F. Kennedy", indicó Bruce Gronbeck, profesor emérito de la Universidad de Iowa.

Sus convicciones están intactas y en sus promesas se puede confiar, según su esposa, pero lo cierto es que él mismo comentó que uno de los mayores errores de su mandato ha sido no saber "conectar" mejor con los ciudadanos.

A su favor para recuperar el entusiasmo de los votantes tiene que es el presidente que puso fin a la guerra de Iraq y que autorizó la operación militar que acabó con Osama ben Laden. También aprobó en 2010 una histórica reforma sanitaria, un logro sobre el que la sociedad está muy dividida.

La debilidad de la economía estadounidense, acentuada por un alto desempleo, es el principal enemigo de sus aspiraciones de ser reelegido. La polarización en el Congreso entre demócratas y republicanos se acentuó durante su mandato y eso bloqueó iniciativas de ambas partes para encaminar la economía tras la mayor crisis desde la Gran Depresión.

Además, Obama no pudo cerrar la polémica cárcel de Guantánamo y los hispanos, una fuerza creciente en EEUU, le reclaman que tampoco puso en marcha una necesaria reforma migratoria.

Incluso en los momentos más difíciles, "Barack me recuerda que estamos en un juego largo, que el cambio es duro y lento", dijo Michelle. Por eso pide una segunda oportunidad para "seguir hacia adelante", el lema de su campaña.

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