La primera ronda de las conversaciones para sondear las opciones de formar gobierno en Grecia ya ha fracasado: el presidente del partido más votado -que pese a ser el más votado tiene apenas el 19% de los sufragios-, en los comicios parlamentarios del domingo, Antonis Samarás, devolvió el encargo del presidente de formar gobierno. "He devuelto el encargo al presidente de la república", dijo Samarás, líder del conservador Nueva Democracia, la fuerza más votada en el nuevo Parlamento griego en las elecciones, en las que conservadores y socialistas sufrieron un grave retroceso que les impedirá gobernar en solitario o uniendo sus fuerzas. Samarás había aceptado horas antes el mandato, que según la Constitución se prolongaría durante tres días. Ahora el presidente Karolos Papoulias entregará el encargo a Alexis Tsipras, líder de la segunda fuerza más votada, el líder de la Coalición de la Izquierda Radical (Syriza).

Samarás se reunió con Tsipras. Como era de esperar, Tsipras -cuyo partido consiguió un 16,8% de los votos- rechazó formar una coalición de gobierno con Nueva Democracia, partido que firmó el duro programa de recortes al que se opone Syriza. "Las posiciones del señor Samarás son el polo opuesto de las propuestas de un gobierno de izquierdas", afirmó Tsipras, quien quiere revocar los acuerdos alcanzados para el rescate de Grecia. Tampoco consiguió despejar el panorama la reunión de Samarás con el líder del socialista Pasok, Evangelos Venizelos. El hasta ahora ministro de Finanzas apuntó que los conservadores y Syriza, así como otros partidos pro europeos, deben acordar un programa de mínimos que tenga como objetivo la permanencia en el euro. Samarás se reunió también con otros partidos, pero no con los neonazis de Amanecer Dorado, que consiguieron un 7% de los votos y con los que el líder conservador se niega a hablar.

Los griegos castigaron en las elecciones del domingo a los dos partidos mayoritarios, los mismos que firmaron el acuerdo de duros recortes con los acreedores de Grecia. Nueva Democracia y el socialista Pasok suman tan sólo 149 diputados del total de 300 del Parlamento. Su pérdida de votos la capitalizaron los partidos pequeños, muchos de ellos extremistas y contrarios a los recortes reclamados por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional. Los analistas no descartan que se celebren nuevas elecciones si resulta imposible formar un gobierno. La economía griega se contrajo en los últimos tres años un 15 por ciento. La Unión Europea y los gobiernos de Atenas hablaron muchas veces de la necesidad de crecimiento e inversiones, pero no hicieron nada concreto.