Playas

Caños de Meca, el paraíso abandonado

La playa de La Laja, llena de algas este martes.

La playa de La Laja, llena de algas este martes. / Manuel Aragon Pina

Al llegar a la playa de La Laja un tufo a pescado podrido va ascendiendo hasta la glándula pituitaria, que manda un mensaje inequívoco al cerebro: aquí huele a muerto. Estamos en los Caños de Meca, un paraíso natural de valor incalculable cuya decadencia cada vez se hace más palpable mientras que el Ayuntamiento de Barbate mira hacia otro lado. “Estamos cansados de que sólo se acuerden de nosotros para pagar impuestos. Ahí sí que somos barbateños de primera; ahora, para limpiar los excrementos de las pandillas de incívicos que nos invaden cada fin de semana, para que este núcleo urbano tenga equipamientos de primera necesidad, como son el agua potable o el alumbrado público, o para que limpien nuestras playas de algas, para eso es como si fuéramos unos apestados”.

Quien así habla es una de las vecinas de la zona, una hostelera, cansada de que nadie atienda sus reivindicaciones. Porque este verano está siendo especialmente difícil para los habitantes de la pedanía gaditana. Y es que a los problemas de siempre, que vienen arrastrando como un mal endémico desde prácticamente la fundación del asentamiento, se une la llegada de arribazones de algas que se pudren al sol en sus playas sin que el Consistorio barbateño haga nada por recogerlas. “Este problema también lo hemos visto en Tarifa por ejemplo, pero allí el Ayuntamiento las recoge por toneladas. Aquí parece que esperan que ese trabajo lo realice la propia marea, pero tienen que tener en cuenta que de todo lo que traen las olas sólo se lleva el 60 o el 70%, el resto se queda en la playa”, comenta.

Los hosteleros y vecinos de la zona, algunos que tienen apartamentos que sólo utilizan en estos meses de verano, están muy preocupados por la situación. “El olor en la playa es insoportable”, decía ayer un bañista. Y no le falta razón. Los insectos sobrevuelan las algas, que mueren en la orilla, se secan y la podredumbre lo invade todo.

Los hosteleros se quejan de que el Consistorio no hace nada por retirar las toneladas de algas

Además, la playa de La Laja, una maravilla de la naturaleza, cada vez tiene peor los accesos. Los últimos temporales han hecho estragos en los escalones que llegan a las diferentes playas y bajar por los escalones se antoja casi una gymkana en la que uno puede romperse la crisma si da un mal paso.

Montones de algas con el faro de Trafalgar al fondo. Montones de algas con el faro de Trafalgar al fondo.

Montones de algas con el faro de Trafalgar al fondo. / Manuel Aragon Pina

La propietaria de un apartamento en la zona comentaba a este diario que está muy decepcionada. “Cada año espero estos días con una ilusión tremenda, tengo el apartamento aquí cerca, y me encanta pasear por la playa al atardecer, tranquila, pero este año es imposible por el olor. No puedes ni meterte en el mar a darte un baño tranquila porque las algas te atrapan, te rodean, es una sensación muy desagradable. Estamos cansados de llamar al Ayuntamiento pero nadie nos atiende”.

Fiestas ilegales cada sábado

La situación empieza a repercutir incluso en los negocios de hostelería, en los restaurantes que, como si de hormigas se trataran, tienen que intentar hacer un buen negocio en estos meses para poder sobrevivir al duro invierno en que los Caños se queda desierto.

Los hoteles de la zona también están notando un descenso cada vez más pronunciado de las reservas e incluso hablan de cancelaciones de reservas en los últimos días. “La gente se está enterando de cómo está la playa y está anulando. Es algo muy malo para unos negocios que cuando generan de verdad dinero es en los meses centrales del verano”.

Pero, además, no es el único problema al que se están enfrentando los vecinos. Y es que, ni siquiera por la pandemia se están frenando algunas fiestas ilegales que se organizan al final de la avenida de Trafalgar, en la conocida como playa de Los Castillejos, a la entrada del parque natural de La Breña. Hasta allí, cada sábado, llegan centenares de jóvenes para beber y bailar música electrónica en la playa hasta las claras del día. El problema no es sólo de salud pública, puesto que no guardan las medidas de seguridad exigidas por el covid, ya que las mascarillas brillan por su ausencia y el alcohol y las drogas corren sin control, sino la suciedad y la mala imagen posterior. Llega al punto que clientes de los hoteles cercanos, como el de La Breña por ejemplo, no pueden salir a pasear temprano por la playa porque se topan con excrementos de los participantes en esta fiesta, con gente borracha durmiendo en la playa y con todo tipo de desfases. “Esto es un descontrol. Cada semana llamamos a la Policía Local de Barbate y nos dicen que toman nota, que intentarán acercarse, pero que son sólo dos patrullas, así que pasan las horas y ahí siguen, con la música a todo volumen, defecando en los senderos del parque natural, llenándolo todo de basura, botellas, vasos de plástico... es una auténtica pena”, comentaba una hostelera de la zona.

En el día de ayer incluso comenzó a circular por las redes sociales un vídeo en la que se ve a decenas de personas en un amanecer bailando en Los Castillejos. “En el vídeo no se ven todos los que vienen cada sábado. Al principio eran unos pocos, buscando el lugar para beber mojitos, pero se ha ido extendiendo como la pólvora y los sábados por la noche, a partir de la una de la mañana, es tremendo. Colapsan hasta la carretera porque no hay ni sitio para aparcar y los dejan de cualquier manera, con total impunidad. Ymientras seguimos pagando impuestos a Barbate”, concluye una de las muchas vecinas enfadadas.

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