El inusual fenómeno marítimo ocurrido en Valdegrana, en El Puerto de Santa María, ha suscitado división de opiniones entre las personas que frecuentan dicha playa. Ayer sábado fue una típica jornada de verano del mes de agosto, aunque con la playa llena de usuarios, que aprovechando el puente de la Virgen llegan incluso en autobuses de diferentes poblaciones de la provincia, para que sus ocupantes puedan disfrutar del mar.

Nadie podía imaginar que iban a vivir en directo un fenómeno costero tan poco usual, ya que si bien las mareas de estas fechas tienen un alto coeficiente, no es frecuente una subida del nivel del mar tan repentina, impetuosa y en tan corto espacio de tiempo como la vivida ayer. Algunos usuarios y medios de comunicación tildaron el fenómeno como un tsumani de pequeña magnitud, un ‘mini tsunami’.

La realidad es que la fuerza del agua, que subió repentinamente a lo largo de toda la playa, llegó a tirar al suelo a varias personas, arrastrando pailas de madera, tumbonas, sombrillas y enseres personales, lo que produjo el temor de numerosos bañistas, que tuvieron que retirar de manera apresurada sus pertenencias, que en algunos casos llegaron incluso a perder. Todo ello viralizado en imágenes y vídeos en  redes sociales y medios de comunicación.

La alarma llegó a tal extremo durante la jornada que el Ayuntamiento de El Puerto tuvo que emitir un comunicado para tranquilizar a los veraneantes, manifestando que lo que se había registrado sobre las dos de la tarde era "el coeficiente más alto de mareas, tanto en pleamar como en bajamar, como viene fijado en el calendario de mareas anual". Una situación sumada a la luna llena, "que puede haber provocado una mayor subida del coeficiente, pero bajo ningún concepto puede ser considerado un 'mini tsunami', ya que de haber sido así hubiera afectado a toda la Bahía y a la costa", subrayaba en su desmentido.

Lo cierto es que entre la comunidad de Valdelagrana  existen distintas voces, y hay quien opina de manera rotunda que "no ha sido un tsunami ni nada que se le parezca", sino tan sólo una marea con un coeficiente mayor de 100, y que al estar una parte de la playa a una cota inferior al nivel del mar, el agua entró de manera repentina, como si hubieran abierto la compuerta de una presa.

La realidad es que nadie alertó del coeficiente de esta marea de Santiago e incluso ondeaba la bandera verde en la torre de socorrista, que por cierto fue arrollada por la fuerza del mar, aunque sin derribarla.

Otros usuarios recuerdan cuando en la playa había casetas y el agua en pleno verano llegaba hasta ellas y al retirarse quedaban lagunas en la arena. Sin embargo, opinan otros, la fisonomía del litoral ha cambiado y ese fenómeno se producía antes de la construcción de los espigones en el río Guadalete, que evitan que ahora suceda.

Hay usuarios de la playa “de toda la vida”, que observan que a pesar de la marea alta, el agua sube de manera progresiva, y no de golpe, "cogiendo desprevenidos a los bañistas", que sin duda se alarmaron ante este hecho, aunque por fortuna no hubo que lamentar males mayores, salvo algunas caídas y carreras apresuradas huyendo de los objetos que quedaron a merced de la fuerte corriente.

Algunas opiniones lo identifican un reventón de calor, similar al que ha causado la catástrofe en el festival de música Medusa, en Cullera, y destacan que el suceso se ha producido en un puente clave del verano, por lo que ha tenido más repercusión.

La realidad es que ni Protección Civil ni el equipo de socorrismo llegaron a activar el protocolo de emergencias con el 112.

La jornada de hoy domingo, día 14, transcurre con normalidad, aunque también con un alto coeficiente de marea, de 96, aunque los usuarios de Valdelagrana disfrutan de un día de playa sin sobresaltos.