Sucesos

La Guardia Civil toma Barbate en una madrugada de registros y detenciones

  • Con golpes y gritos ha amanecido la localidad esta madrugada movida en que la Guardia Civil está llevando a cabo registros en diferentes barriadas, como El Pinar

Barbate. Narcotráfico. Operación Auris. / Julio González

La noche multiplica los sonidos. Un manojo de llaves al caer parece Santa Claus azuzando a sus renos por el Polo Norte, y el golpetazo de un ariete en una puerta de madera a las cinco y media de la mañana resuena como el fin del mundo. Con golpes y gritos ha amanecido Barbate esta madrugada movida en que la Guardia Civil ha llevado a cabo registros en diferentes barriadas, como El Pinar. Desde poco más de las cuatro y media de la mañana dos centenares de agentes de diferentes unidades se desplegaron por algunas de las barriadas más conflictivas de la localidad jandeña con el propósito de desarticular una activa red criminal que, supuestamente, lleva tiempo dedicándose a introducir grandes cantidades de hachís, pero también de otras sustancias estupefacientes, por la costa gaditana.

Diario de Cádiz acompañó a los agentes en algunos de estos registros enmarcados en la bautizada como Operación Auris, tutelada por el Titular del Juzgado Mixto nº 2 de los de Barbate y de la Fiscalía Antidroga de Cádiz.

Para poder acceder a alguno de los domicilios de los implicados los agentes tuvieron que utilizar la fuerza en forma de ariete, que rompía el silencio de la madrugada con golpes atronadores contra las puertas. En uno de ellos, un activo punto de venta de droga protegido con una reja de hierro, esta llegó a descolgarse de sus goznes causando un sonido ensordecedor.

Pero donde la Guardia Civil se detuvo más fue en casa del presunto cabecilla de la trama, situada en la barriada conocida como El Pinar, una de las más conflictivas de un Barbate cuyos ciudadanos están cansados de cargar con la lacra de la droga mientras otro se resisten a cambiar un modo de vida que les hace mantener una sonrisa en la boca mientras observa esposado como registran su casa, la misma donde cuando entró la Guardia Civil incluso dormían sus hijos y su mujer. “Estoy acostumbrado desde chico. No pasa nada. Así son las cosas”, decía todavía con ganas de broma sentado en una silla del desordenado salón de su casa coronado por un televisor de pantalla plana descomunal.

Hasta la vivienda llegó un perro guía del Instituto Armado que fue marcando los lugares donde olía la droga, aunque en la vivienda no se encontró gran cosa. Lo gordo ya había caído con anterioridad. Porque en este tipo de operaciones la guinda es la detención de los máximos responsables de la organización. Durante muchos meses antes los investigadores han ido recopilando las pruebas con las que intentarán demostrar ante la autoridad judicial su implicación en alijos de droga. Sólo cuando se le cree tener bien cogido se da el golpe de gracia.

Conforme la noche avanza van llegando noticias de más detenciones y registros. Finalmente son 27 las personas presuntamente vinculadas con este grupo de narcotraficantes que son arrestadas y que suben a un autobús de la Guardia Civil para ser trasladadas a la Comandancia de la Guardia Civil de Cádiz para prestar declaración. Cuando sacan al que los investigadores consideran el cabecilla de la trama de su casa para introducirlo en un coche de la Benemérita su mujer y su hermana le trasladan mensajes de ánimo y palabras de cariño, aunque una vez que ha visto que los guardias no sólo han incautado sus tres coches sino hasta la gran pantalla de plasma que tenía en el salón le quedan menos ganas de bromear. ¿Tienes abogado?, le pregunta uno de ellos. “Uno de oficio, yo no me gasto dinero en esas cosas. Estoy tranquilo”, repetía.

Debido a la peligrosidad de alguno de los miembros de este clan dedicado a la introducción de alijos de hachís por las costas de La Janda, además de implicarse en la distribución de estupefacientes en todo tipo de modalidades delictivas, como la metafentamina o la cocaína, para ayudar en el operativo se desplazaron hasta la zona equipos tácticos del Grupo de Acción Rápida GAR, que reforzaron a los integrantes de la Comandancia de la Guardia Civil de Cádiz. Además, la operación contó con el apoyo de distintas Unidades de la Comandancia de Cádiz, y el OCCON-SUR.

Barbate fue el epicentro este martes de la Operación Auris, pero esta también se desplegó por zonas de La Línea de la Concepción y Jerez, donde se llevó a cabo alguna detención relacionada. De cualquier forma el núcleo duro de la banda criminal estaba en la localidad jandeña y hasta allí solían llevar miles de kilos de hachís en una flota de embarcaciones que alijaban en algunas de las playas más conocidas de la comarca. Los agentes llevaban tiempo tras su pista, y eso que su forma de vida no era precisamente opulenta. No hablamos de narcos de la escuela linense, con grandes chalés y todo lujo de detalles, sino más bien de personas humildes que se han ido introduciendo en el negocio hasta alcanzar cotas de poder pero que son conscientes de subsistir en el filo de la navaja, en la frontera entre el bien y el mal, donde unas veces se gana y otras se pierde. Por eso, durante los registros, los agentes reclamaban al detenido el mismo respeto que ellos le demostraban en este ya casi eterno juego del gato y el ratón, una danza que no deja de resultar terrible para quienes la miran con ojos nuevos y escuchan a niños llorar por la irrupción en su hogar de agentes de la ley armados hasta los dientes dispuestos a detener a su padre por haberse dejado embaucar por el lado oscuro.

A los integrantes de esta organización criminal se les imputan los delitos de tráfico de drogas y pertenencia a organización criminal, sin descartar otros que se desprendan de lo actuado en este día.

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