El Puerto tendrá aproximadamente en unos dos meses un nuevo Museo, que se ubicará en el corazón del Barrio Alto, entre las calles Ganado y Zarza.Se trata del antiguo Hospital de Mujeres de la Divina Providencia, conocido popularmente como el Hospitalito, un edificio que data de 1745 y que pasó de ser hospital a colegio, llegando a albergar incluso viviendas en su interior.

El edificio nunca se llegó a concluir y lo que iba a ser un gran claustro al uso se quedó con un solo lateral terminado. La iglesia tampoco se llegó a terminar en su día, y aunque muchas personas creen que se trata de las ruinas de un edificio antaño completo la realidad es que el mismo no se terminó de construir.

El auditorio del Hospitalito, que funciona desde 2009, visto desde el mirador del edificio.

El inmueble, de titularidad municipal, ha estado siempre en los planes del Ayuntamiento para hacer de él un reclamo cultural, ya que presenta muchas posibilidades por su gran amplitud. El problema siempre ha sido la falta de presupuesto municipal propio para realizar de una vez una gran obra como esta.

Ya en los años 90 del pasado siglo se barajó como futura sede del Museo Municipal, que hasta ahora se encontraba en la calle Pagador, en un edificio que desde los años 80 del siglo XX se contempló como transitorio, debido a su falta de espacio para exhibir todos los fondos existentes.

Fue en los años 90 cuando comenzó a ejecutarse, paso a paso, la recuperación del edificio, primero mediante varias escuelas taller de distintos oficios, que fueron consolidando la planta baja, dejando en bruto la primera y la segunda planta.

Ya en el año 2010 la conversión de la antigua iglesia en un auditorio al aire libre se realizó con cargo al Plan E, que se puso en marcha desde el gobierno central para reactivar el sector de la construcción, y finalmente han sido los fondos Edusi, también estatales, los que han permitido rehabilitar íntegramente la primera planta del edificio, lo que permitirá el traslado de los fondos correspondientes a Paleontología, Prehistoria, Protohistoria y Roma.

En concreto la inversión total ha ascendido a 949.568,95 euros, de los que la estrategia Edusi ha aportado 759.655,16 y el Ayuntamiento 189.913,79 euros.

La galería de la primera planta, donde se colgarán algunos de los cuadros de la colección del museo.

Los fondos museísticos se encuentran ya embalados y preparados en el antiguo museo de Pagador, una labor que se ha desarrollado bajo la supervisión del Museo de Cádiz y la Junta de Andalucía, tras unos arduos trabajos de inventariado y tasación.

También durante los últimos cuatro años se han estado tomando muestras diarias de humedad y temperatura para garantizar que el nuevo edificio reúne todas las características necesarias para albergar los fondos museísticos municipales, de gran valor histórico.

De momento todo el contenido se expondrá en la planta baja y en la primera planta, que cuenta con todos los medios adecuados para ello, a falta del traslado, pero la reforma del edificio aún no se da por terminada ya que queda pendiente una segunda fase de ampliación que afectará a la segunda planta y permitirá completar el claustro del edificio, con una zona de nueva construcción que ocupará parte del espacio ahora sin construir en torno al patio.

Para esa segunda fase la ciudad ya obtuvo en 2019 otra subvención estatal, en este caso del 1,5% cultural, que ascendía a 730.310,22 euros, pero esa subvención se perdió por no tramitarla a tiempo el Ayuntamiento.

Ahora se ha solicitado otra ayuda también con cargo a la misma partida, en esta ocasión del 2% cultural, y se está a la espera de la resolución.

El claustro inconcluso del edificio y la zona a la derecha por la que se ampliarán las instalaciones.

Con esa segunda fase se obtendría ya el espacio que permitiría exhibir la práctica totalidad de los fondos del museo, algunos de los cuales aún tendrán que seguir esperando. Es el caso de la gran colección de pinturas que tiene la ciudad, de autores como Eulogio Varela o Enrique Ochoa.

En el caso de Ochoa, nacido en El Puerto en 1891, la donación de 17 de sus cuadros la realizó en vida el mismo pintor a su ciudad natal a finales de los años 40, con la condición de que los lienzos fuesen expuestos. Por lo que respecta a Eulogio Varela, una de las grandes figuras del modernismo español, su familia donó casi medio centenar de obras a la ciudad en 1980, coincidiendo con el 25 aniversario de su muerte, sin que hasta la fecha esta donación haya encontrado un enclave digno para su exhibición. También se guardan a la espera de esa próxima fase cuadros de Ricardo Summers, Serny, Juan Lara o los Costus. Algunas de estas obras se expondrán ya en las galerías del nuevo museo, pero de forma aún muy testimonial.

Los responsables del Museo afirman que todos los cuadros están restaurados, inventariados y clasificados, a la espera de poder ser expuestos como se merecen. En total la pinacoteca consta de unos 88 cuadros, de los que en esta primera fase se expondrá aproximadamente una veintena.

El traslado del Museo al Hospitalito, que se podrá materializar en el plazo aproximado de dos meses, ha supuesto también el cierre temporal de la Sala Hospitalito, donde se tienen que reorganizar los contenidos una vez que se produzca el traslado, y donde se exhibirán los fondos de la época medieval.

Una vista del patio a través del gran ventanal de la primera planta.

El inminente traslado del Museo no supondrá, sin embargo, la desaparición aún de la sede de Pagador, ya que ahora deberá abrirse un periodo de transición hasta que las nuevas dependencias cuenten con su proyecto museológico aprobado, lo que puede llevar aproximadamente un año.

El nuevo Museo será un centro en el que poder conocer la historia de El Puerto desde aproximadamente 4.000 años antes de Cristo a través del paso de las diferentes culturas que han ido dejando su huella para llegar hasta nuestros días.

La idea es que para este verano El Puerto pueda contar ya con este nuevo espacio, ubicado a dos pasos del centro histórico pero dentro del Barrio Alto, lo que supondrá también una inyección de actividad para una zona hasta ahora deprimida de la ciudad.