Puerto Real

Prostitución: La esclavitud el siglo XXI

Una imagen de la campaña 'Realidades ocultas'

Una imagen de la campaña 'Realidades ocultas'

“Cada vez bebía más para aguantarlo. Solo podía dormir, había días que me los pasaba durmiendo porque no tenía fuerzas”. Es el testimonio de una de las mujeres que ejerció la prostitución y que ahora, desde el activismo abolicionista, colabora en los cursos de educación a los prostituidores contando su propia experiencia.

Su testimonio lo recoge la Asociación Aperfosa (Asociación Peniel de Rehabilitación y Formación Social), que trabaja por el desarrollo integral de las personas que se encuentran en situación de riesgo o exclusión social.

La Asociación ayuda a diario a mujeres vulnerables que han sufrido violencia de género, explotación sexual, mutilación genital, matrimonio forzoso o pornografía. Para hacer visible esta realidad, han lanzado la campaña 'Realidades Ocultas', que pretende sensibilizar a la población sobre la situación de violencia sexual que padecen algunas de las mujeres migrantes y sus hijos que, en la mayoría de los casos, se ven explotadas sexualmente en su país de acogida en beneficio de mafias y proxenetas del mercado negro.

El 94% de las víctimas de trata son mujeres y niñas”, es el claro mensaje de una entidad que  ofrece a estas mujeres un lugar donde habitar temporalmente y talleres de emprendimiento social y promoción del empleo a fin de que puedan afrontar, por sí mismas, una nueva vida. La asociación mantiene abierta la casa de acogida 'Los Almendros' en Puerto Real. Actualmente atienden a un total de cinco unidades familiares

Estuve 22 años en la prostitución y no hubo un solo día que no sufriera violencia. Para mí, cada encuentro con un cliente era violencia porque suponía hacer cosas que no quería hacer. Además de esa violencia del día a día, sufrí amenazas, amenazas con pistola, puñetazos y todo tipo de agresiones físicas y psicológicas durante esos 22 años”, es otro de los testimonios de las víctimas, recogidos por la asociación.

La campaña 'Realidades Ocultas', que ha sido subvencionada por el Ministerio de Igualdad, ha nacido de "la necesidad de evidenciar a la sociedad española la circunstancia de violencia de género que sufren en la mayoría de los casos las mujeres migrantes que llegan a nuestro país". En este sentido, la asociación señala que "queremos que la población sea consciente de que existe un comercio real con mujeres y menores en situación de vulnerabilidad; una realidad oculta que se manifiesta en diferentes formas de violencia de género y que, en la mayoría de los casos, afecta directamente a los menores que acompañan a estas mujeres".

'Realidades Ocultas' ha partido de una investigación realizada por los profesionales de Aperfosa que, tras detectar "el desconocimiento a nivel social sobre la realidad de este colectivo", han arrancado un ciclo de charlas de sensibilización en centros educativos y ha establecido distintos convenios de colaboración con ayuntamientos y universidades.

La iniciativa está también presente en redes sociales a través de vídeos con testimonios de víctimas y profesionales que les atienden. Entre las causas que se manejan en el reclutamiento de mujeres para su explotación sexual, "suelen estar el ser jóvenes, estar en una situación de necesidad económica, tener cargas familiares no compartidas, encontrarse en una situación de irregularidad administrativa y no contar con apoyo familiar o contar con familiares enfermos a su cargo", según han explicado desde la ONG.

Fina Benítez, coordinadora de Aperfosa en Cádiz, explica también que, “si ya es desafortunado y sufre una víctima de violencia, cuánto más una mujer migrante que viene con barrera idiomática, sin documentos, en una situación de pobreza total, perseguida, amenazada, explotada… La trata de mujeres y niñas, el matrimonio forzoso, la mutilación genital…, son otras formas de violencia”.

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