Para sorpresa de los vecinos, los restos de lo que parece ser un antiguo techo con las características placas onduladas de la uralita –o fibrocemento con amianto, que es un material que está prohibido en España desde 2001– llevan días arrojados literalmente en el suelo junto a unos bidones de basura en la calle San Vicente, ubicada en la trasera de la Iglesia Mayor.

Evidentemente, se desconoce quién fue el desaprensivo que se deshizo de esta manera de semejante material. Y por ahora, nadie, ni los servicios municipales de limpieza, se han atrevido a retirarlos ya que, al tratarse de un material tóxico, se desaconseja su manipulación, de la que deben encargarse profesionales especializados, que se hagan cargo también del debido tratamiento de estos residuos.

La fabricación y comercialización del fibrocemento con amianto está prohibida en España, al igual que en otros países, desde principios de la década pasada. No obstante, dicha prohibición no afecta a los materiales que ya están instalados, que están permitidos hasta el final de su vida útil. 

Eso sí, se advierte de que la fibra de amianto puede ser peligrosa en caso de deterioro y, especialmente, cuando se disgrega en pequeños trozos, polvo o fibras y éstas se desprenden en el aire. De su retirada, por ello, deben encargarse profesionales especializados.