x edición del salón de los vinos nobles | hoy arranca en el alcázar la gran cita vinatera jerezana

Vinoble, un nuevo comienzo

  • Superado el periodo de transición, el Salón vuelve con fuerzas renovadas para recuperar su lugar de privilegio en el mundo del vino

Expositores y organización dan ayer los últimos retoques para la inauguración hoy de la décima edición de Vinoble.

Expositores y organización dan ayer los últimos retoques para la inauguración hoy de la décima edición de Vinoble. / pascual

No es el Vinoble más internacional, pero sí el más profesional de los últimos años. La organización del Salón de los Vinos Nobles (generosos, licorosos y dulces especiales) ha puesto en la presente edición, la décima que arranca hoy en el Alcázar, más celo en la selección de los expositores, vinos y profesionales acreditados para la cita, filtro que se irá mejorando en próximas convocatorias para evitar de un lado problemas de saturación y, de otro, ganar en prestigio.

Vinoble vuelve por sus fueros o, si se prefiere, bucea en sus raíces para recuperar lo mejor de las ediciones que situaron al salón jerezano en el mapa de las grandes citas internacionales del vino, en línea con la actual tendencia del jerez, foco de atención mediática y de los profesionales del sector.

Vinoble da un paso atrás para coger carrerilla tras las dos últimas ediciones de baja intensidad

El Salón explota su singularidad como el único del mundo dedicado a los vinos nobles, vinos de tipologías especiales que siguen siendo grandes desconocidos para muchos consumidores, cada vez menos por reunir estos productos grandes dosis de la singularidad y la diferenciación que, como en tantos otros productos, domina la escena actual del vino.

La décima edición, con la que se cumplen veinte años de Vinoble -cabe recordar que el Salón tiene carácter bienal-, también es la que más interés despierta, y con diferencia, desde hace tiempo entre los profesionales. La cita, marcada por grandes vaivenes y sacudida por la crisis económica que a poco estuvo de acabar con el Salón, sale de un periodo de transición -en 2012 se canceló por la difícil situación de las arcas municipales, para retomar el evento con sendas ediciones de baja intensidad en 2014 y 2016- para dar un paso atrás y coger carrerilla, con idea de apostar en el futuro por una mayor especialización y distinción.

Vinoble cuenta con un espacio único, uno de los elementos más valorados por los profesionales y al que no está dispuesto a renunciar la organización, que entiende que el conjunto monumental del Alcázar, pese a sus limitaciones, forma parte de la identidad de la gran cita vinatera jerezana, por lo que corresponde reducir la presencia pública dentro del recinto para ocupar el espacio disponible con las mejores bodegas y los mejores vinos nobles del mundo, apartado en el que hay aún mucho margen de maniobra.

El espacio expositivo se divide entre el Palacio de Villavicencio y los jardines de San Fernando y el Molino, en los que se distribuyen los 62 módulos que ocuparán este año medio centenar de expositores, sin contar con la carpa destinada a las armonías o maridajes gastronómicos (showcooking). El jerez y la manzanilla, los anfitriones, mantienen una presencia hegemónica con casi la mitad de los expositores, entre los que figuran además representantes de las vecinas denominaciones de origen andaluzas Condado de Huelva, Montilla-Moriles y Málaga. La representación española se completa en esta ocasión con bodegas y consejos reguladores de Alicante, Valencia, Cataluña y Canarias.

La presencia internacional, más reducida, la conforman firmas llegadas desde distintos países de Europa, en concreto Portugal, Francia, Italia, Hungría, así como de Estados Unidos.

No es, sin duda, la edición más internacional, pues en alguna ocasión se ha llegado a contar con presencia de bodegas y vinos de los cinco continentes, como en 2010, cuando la cita reunió a expositores de 17 países extranjeros -Australia y Nueva Zelanda de Oceanía; Argentina, Chile, Uruguay, Estados Unidos y Canadá (América); Japón (Asia); Sudáfrica (África); y Alemania, Austria, Francia, Grecia, Hungría, Portugal y Suiza (Europa)-. Aquel año, junto al jerez y el resto denominaciones de generosos andaluzas, España estuvo representada por vinos de Alicante, Valencia, Canarias, Navarra, Jumilla, Yecla, Rueda y Rías Baixas.

Desde el comité organizador, el técnico municipal responsable de la cita, Luis Flor, destaca la variedad de vinos presentes, cerca de medio millar de referencias entre las que no faltan los sauternes franceses, los oportos blancos y golden white -mejor añada de una década-, los tokaj o los vinos y sidras de hielo. En el caso español, fondillones alicantinos, moscateles valencianos, cavas y espumosos catalanes y malvasías canarias acompañan a los generosos andaluces, entre los que cobran especial protagonismo los nuevos blancos del Marco de Jerez, a los que Vinoble hace un nuevo guiño tras el consenso alcanzado por el sector en la apertura del debate en el seno del Consejo Regulador para estudiar su posible incorporación a la Denominación de Origen.

Los nuevos blancos del Marco aterrizan en la zona expositora en el denominado 'Territorio Albariza' de la mano del grupo de jóvenes enólogos que recuperan viejas elaboraciones y tradiciones del jerez con gran empuje, aunque también estarán presentes en los espacios de las grandes bodegas jerezanas y sanluqueñas que también apuestan fuerte por el rescate de estas prácticas enológicas de uso extendido en el siglo XIX, antes de la constitución de la Denominación de Origen.

Dentro del programa oficial, las catas cobran impulso en la presente edición con una amplia y variada oferta con la que se amplía la variedad de vinos nobles del Salón. El Consejo Regulador ofrecerá este año una cata excepcional, la de los 'Tesoros de San Ginés', en la que el presidente y el director de la institución, Beltrán Domecq y César Saldaña, presentarán una selección de los vinos que reposan en las botas conmemorativas de la bodega de San Ginés, vinos de añada procedentes de la ceremonia de la Pisa de la Uva con la que la institución jerezana del vino conmemorará el setenta aniversario de las Fiestas de la Vendimia.

La cata de clausura, que reunirá algunos de los mejores vinos nobles del mundo, promete sorpresas, entre las que destaca la apertura de una añada de Williams & Humbert del 98, el año de la primera edición de Vinoble, especialmente seleccionada por la enóloga de la firma jerezana, Paola Medina.

El jerez y sus nuevas tendencias copan también las catas programadas, con propuestas como la inmersión en las reliquias líquidas de González Byass, de la mano de Antonio Flores; el 'Rock and Sherry' de Osborne; los vinos de Pedro Ximénez de la jerezana Ximénez Spínola; o el recorrido por los pagos del Marco a cargo de Eduardo Ojeda y Jesús Barquín (Equipo Navazos), de un lado, y de Willy Pérez y Ramiro Ibáñez, de otro.

Los Montilla, Oporto, Vinos de Hielo... tendrán su espacio en las catas, en las que también colaboran figuras como el Master of Wine español Pedro Ballesteros o Juancho Asenjo, crítico de vinos y miembro del comité asesor de Vinoble.

Mientras los profesionales toman el pulso a Vinoble dentro del Alcázar, los jerezanos tendrán este año nuevamente la oportunidad de acercarse a los vinos nobles presentes en el Salón a través de las catas del Arenal, que se recuperan tras varias ediciones de ausencia y a las que podrán asistir un centenar de personas, por orden de llegada.

Ganar presencia en la calle con actividades complementarias es otro de los objetivos de cara al futuro. Pero lo que ha marcado la diferencia en la presente edición es la nueva plataforma web y la presencia en las redes sociales, herramienta desarrollada gracias al convenio de colaboración entre el Consejo Regulador y el Ayuntamiento con la que se llena el gran vacío de ediciones anteriores en el acceso a la información de todo lo que acontece en torno al Salón.

Vinoble está servido. Buena mano y buen provecho para todos.

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