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Provincia de Cádiz

La búsqueda en Cádiz de un electricista, carpintero o fontanero se complica cada vez más

Recientes obras de rehabilitación de la parroquia castrense de Cádiz.

Recientes obras de rehabilitación de la parroquia castrense de Cádiz. / Julio González

Joaquín está a punto de jubilarse. Toda la vida como electricista. Pierde la cuenta de en cuántas casas, oficinas, hoteles, colegios, centros médicos... ha trabajado. Arreglando averías o montando todo el sistema eléctrico. Nunca le ha faltado el trabajo. Suficiente para necesitar apoyo. Y ahora, cuando enfila su última etapa profesional, busca a quien dejar el negocio, esa cartera inmensa de clientes fieles gracias a su trabajo efectivo. Pero no encuentra a nadie.

Joaquín tiene lista de espera, incluso siendo cada vez más selectivo en los trabajos que acepta. Aunque los años de experiencia es un grado que hace que crezca su cartera de clientes, lo cierto es que esa carga de trabajo imposible de atender en el tiempo también afecta a otros electricistas con menos horas de profesión. Y a carpinteros, fontaneros, pintores...

Los meses de confinamiento provocados por la pandemia de coronavirus lo pasaron muchas familias metidas en unas casas muchas veces de limitada superficie, en la que apenas se había metido un euro de inversión para su modernización.

Calmada la situación sanitaria muchas de estas familias optaron o bien por buscar una nueva vivienda de mayor tamaño o bien afrontar obras de rehabilitación en sus casas. Y ahí se disparó toda la demanda: desde el electricista al carpintero al pintar o el encofrador. Una demanda muy encima de la oferta existente. Y si se optaba por contratar a un empresa, el problema era, y es, encontrar una con fecha libre a corto o medio plazo. Rezando para que no haya una emergencia a modo de atasco en las cañerías o grietas en las paredes.

Joaquín sabe que tras él apenas hay una renovación en su sector. Ha buscado a jóvenes a los que formar pero no los ha encontrado, pues la mayoría rechaza un trabajo sin horario.

Todo ello está provocando que en estos oficios tan esenciales en el mantenimiento de nuestras casas, o en la construcción de las futuras viviendas y oficinas, se esté produciendo un envejecimiento imparable de sus profesionales.

Según la patronal del sector, la media de edad se eleva ahora a los 45 años de edad, más cerca de la jubilación que del inicio de la vida laboral, con una tendencia al alza que, por hoy por hoy, tiene complicada solución, sobre todo si apenas el 9% de estos trabajadores cuenta con menos de 29 años de edad.

Junto a ello, en el sector de la construcción sólo hay un 9% de mujeres, un porcentaje que la patronal confía en que aumente a medida de que vayan activándose más proyectos de rehabilitación.

Finca rehabilitada en el casco antiguo. Finca rehabilitada en el casco antiguo.

Finca rehabilitada en el casco antiguo. / Julio González

Si la oferta actual es insuficiente para la demanda existente, la situación sin duda tenderá al empeoramiento con la reciente aprobación de la norma Ecovivienda, para la rehabilitación de fincas o viviendas en materia de eficiencia energética. La Junta dispone de 133 millones de euros a invertir hasta el año 2024.

La Federación de la Construcción estima que en materia de rehabilitación  serán necesarios en España, hasta 2026, 180.000 trabajadores, hoy inexistentes. Aunque no hay datos provincializados, la cifra a este nivel será alta. En agosto de 2021, antes de la puesta en marcha de estos planes, la organización provincial consideraba que en dos años se iban a generar empleo para 3.000 personas.

El pasado mes de noviembre, el sector de la construcción en la provincia cerró el mes con 13..252 desempleados. De ellos la gran mayoría eran hombres (10.861) frente a las mujeres (2.391). Apenas 353 tienen menos de 25 años, mientras que 8.440 tienen más de 45. 

Una década antes, en noviembre de 2012, el desempleo en la construcción se había disparado debido a la crisis inmobiliaria, con 35.996 parados, notable dato que contrasta con los 13.099 del mismo mes en 2006, antes de las crisis del ladrillo y bancaria.

Jorge Fernández-Portillo, secretario general de la FAEC, vuelve a alertar ante esta situación de falta de profesionales en trabajos tan esenciales en una obra, a lo que une también el escaso número existente en puestos más cualificados vinculados en las nuevas técnicas y materiales de trabajo. En todo caso, no se tiene constancia de empresas que rechacen trabajos por falta de personal aunque sí si muchas que acumulan lista de espera para poder atender a los pedidos.

Sí se considera esencial reformar todo el proceso formativo de los jóvenes, readaptando los itinerarios educativos a las necesidades que pueda tener a corto y medio plazo el sector, propiciando también los estudios relacionados con las nuevas materias de la construcción, rehabilitación, y políticas de sostenibilidad y rehabilitación.

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