Los tres municipios litorales de la Costa Noroeste gaditana se enfrentan a uno de los veranos más inciertos -por no decir el que más- de su historia turística. Sanlúcar, Rota y Chipiona se preparan para la temporada estival del año del coronavirus en un mar de dudas.

La única certeza de sus respectivos ayuntamientos es que necesitan el apoyo de las demás administraciones, señalando especialmente a la Junta de Andalucía, de la que esperan subvenciones que les permita financiar el considerable sobrecoste de la gestión de las playas. No concretan cifras, pero la reclamación de ayudas se intensifica conforme van pasando los días. 

En Sanlúcar, el Ayuntamiento ha solicitado subvenciones “directas” a la Administración autonómica para “hacer frente a los gastos que suponen todas las recomendaciones en materia higiénico-sanitarias y de limpieza y seguridad”, al tiempo que pide al Estado un “refuerzo de los cuerpos de seguridad”.

Dadas las características de la costa sanluqueña, el Consistorio considera que, más allá de la responsabilidad y colaboración de los usuarios, los controles de seguridad y aforo precisarán de un despliegue especial que las playas de la ciudad únicamente conocen con ocasión de las carreras de caballos, cuya celebración, por cierto, sigue todavía en el aire.

A un mes del verano, Sanlúcar continúa esperando que “aclaren cómo van a atender las demandas de los ayuntamientos para poder cumplir las recomendaciones de la Junta con vistas a la apertura de las playas”.

En Rota, el Consistorio recuerda a la Administración andaluza “el enorme coste que supondrá el aumento de contrataciones de personal en cuanto a vigilancia, limpieza y demás servicios, así como de adquisición de material específico que se requiere para las playas”.

En cuanto a Chipiona, la apertura de las playas figura en el mismo nivel de prioridades municipales que los necesarios planes de empleo anticrisis.