Iverson, Rossy y Kamaguchi Trio, pasión del Jazz bajo la luna en Vejer

El teatro San Francisco, con un lleno absoluto, vivió una noche inolvidable. Un público entregado paladeo los vericuetos del Jazz más genuino y sorprendente.

Una imagen del concierto.
Una imagen del concierto. / Antonio Barce
Enrique Bartolomé

25 de junio 2024 - 19:34

Noche de miel, de luna llena, de pasión desbordada. Por si fuese poco, el levante tuvo la delicadeza de encontrarse en calma. Sin duda alguna, tamizado por el sonido celestial de Ethan Iverson (piano), Jorge Rossy (batería) y Masa Kamaguchi (contrabajo).

Aunque sea difícil de entender, el trio Iverson, Kamaguchi, Rossy solo había tocado antes como sección rítmica de Bill Mc Henry Quartet. La otra noche en Vejer fue una primicia. Era la primera vez que los tres tocaban juntos en formato de Trio. Y es que, a veces se alinean las estrellas o lo que haya en lo alto, y dan su mejor resultado. Los que tuvimos la suerte de acompañarlos, pensábamos que llevaban toda la vida. Y es que la música de kilates, tiene mucho de magia, de improvisación calculada y de ensoñación. La punta del iceberg de una de las generaciones con más enjundia del jazz contemporáneo. Así, tal cual.

Hacía tiempo -ni me acuerdo cuanto-, que la complicidad de un trio de Jazz y su aventura sin límites, no despertaba tantos aplausos. El sosiego, el riesgo y lo inesperado pusieron el resto. Noche para recordar.

Los lugares convencionales se mezclaban con guiños musicales. Lo nuevo y lo de ayer. El ritmo acelerado y la melodía clásica se daban de la mano. Se entrelazaban sin solución de continuidad. Talento y pasión a raudales. ¡Un bastinazo!

Temas como All the Things You are (Jerome Kern), Bay-Ya (Thelonious Monk) Sophisticated Lady (Duke Ellington) The Song Is You (Jerome Kern) Song For My Father (Horace Silver) Con Alma (Dizzy Gillespie) Wee (Denzil Best), aparecían en el escenario de soslayo y se instalaban entre las butacas. Armonía entre músicos encima de la tarima y espectadores, con el cortisol hasta la “corcha”.

De los músicos, tres notas. Ethan Iverson (Wisconsin, 1973), pianista, compositor y gran figura de la vanguardia, sorprendió a finales de los noventa con Construction Zone (1998), Deconstruction Zone (1998), The MInor Passions (1999) y Live at Smalls (2000), cuatro discos para el sello Fresh Sound, que causaron absoluto impacto por la desinhibida forma de abordar standards de cualquier estilo musical. El culmen le llegó con The Band Plus Trío, con Dave King y Reid Anderson.

Ethan Iverson forma parte de esa estirpe de pianistas contemporáneos que viene desarrollando unas capacidades compositivas e interpretativas, influidas por la música clásica, cuyo abanderado es el maestro Brad Mehldau. Se pueden reconocer en él influencias tan dispares como Stravinsky y Ornette Coleman.

Otro momento del concierto.
Otro momento del concierto. / Antonio Barce

El barcelonés Jordi Rossy es el músico de jazz con mayor proyección internacional, y uno de los baterías más influyentes de su generación. Se paseo por medio mundo acompañando a figuras como Charlie Haden, Wayne Shorter, Lee Konitz, Carla Bley o Joe Lovano. Y lo sorprendente es que además de su batería, Jordi Rossy acaricia el vibráfono, marimba y piano. Y compone. Ha grabado más de 200 discos. Desde 2020 reside en Basilea (Suiza), donde es profesor de la Universidad de Ciencias Aplicadas y Artes.

El contrabajista Masa Kamaguchi nació en 1966 en Wakkanai (Japón). A los 14 años ya tiene un bajo eléctrico entre sus manos. Luego se instala en Tokio con el contrabajista Yoshio Ikeda alumno del contrabajista americano Gary Peacock que formó parte del trío de Keith Jarret.

En 1990, Masa se traslada a Boston para asistir al Berklee College of Music, donde estudia con el batería Joe Huny. En 1994 se instala en Nueva York y toca con Frank Kimbrough, Sonny Simmons, Ben Monder, Greg Osby, David Murray o Charles Gale. En la actualidad reside en Cataluña, siendo la última gran revelación del jazz barcelonés.

Algo más que un trio. Enseñaron su manera de entender la música, de vivir en ella y para ella. De contagiar lo inimaginable. Aire fresco del Atlántico. Corazones en forma de teclas, cuerdas y timbales

Sin duda, esta “noche inoxidable” a decir de Rossy, marcará un antes y un después en la escena de este Festival Internacional Jazz Vejer. Bajo la batuta de Nacho de Corral, director de esta cita musical en 2024, se consolida en el panorama Jazzistico. Referente, sin par, para aquellos que entendemos la música como algo más que sonidos acompasados. La dinámica, el color, el silencio, la forma, la pasión, el talento. La música en esencia. Lo que prevalece.

Cada rincón de la blancura de Vejer se empapó de sensaciones sonoras y saco a pasear sus mejores galas. Festival Internacional de Jazz 2024, de mucha calidad y de esmerada calidez. Canela en rama.

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