Javier Pizarro (PSOE) | Alcalde de Alcalá de los Gazules

“Ser el hijo de Luis Pizarro me puede haber ayudado pero en las urnas he ganado yo”

  • El despegue industrial y la apuesta por el turismo son las dos grandes prioridades de un regidor que muestra su preocupación por una despoblación "disparatada y que no tiene frenos"

  • "Para nosotros es un orgullo que Alejandro Sanz haya decidido que su único museo esté en Alcalá de los Gazules"

  • "La Janda es la comarca con más potencial de la provincia pero también es de la que menos se habla"

El hijo pequeño de Luis Pizarro, quien fuera y en cierto modo sigue siendo santo y seña del socialismo gaditano, ya se ha hecho mayor. Tanto que no sólo llegó a la Alcaldía de Alcalá de los Gazules hace cuatro años con una mayoría absolutísima, sino que este año ha logrado refrendar ese amplio respaldo ciudadano.En esta entrevista, Javier Pizarro analiza las carencias de su pueblo y sus proyectos de futuro y se sincera al hablar de lo que es para él el pizarrismo y de lo que le ha supuesto en su carrera política ser el hijo de quien es.

–El PSOE sacó 10 concejales de 13 en las elecciones municipales de 2015 en Alcalá de los Gazules y el pasado 26 de mayo calcó el mismo resultado. El pueblo está contento con usted.

–Hombre, creo yo que algo habremos hecho bien cuando conseguimos el 73% de apoyo en las urnas y además con más votos que cuatro años atrás pese a que hubo un descenso de la participación. Además, ahora nos presentábamos con nuestra gestión y no como hace cuatro años, cuando veníamos de la oposición. La verdad es que es para estar contentos.

–En la campaña incluso se llegó a hablar de la posibilidad de que el PSOE lograra el pleno, es decir, que consiguiera las 13 actas de concejal.

–Sí, se habló de eso pero yo no le di más importancia. Conseguir ese 13-0 es muy difícil. Tenga en cuenta que los últimos escaños cuestan ya menos de 200 votos y con que a un candidato le vote simplemente su familia ya lo tiene prácticamente hecho.

–¿En qué ha cambiado el PSOE de Alcalá en los cuatro últimos años para lograr estos resultados tan espectaculares? Porque usted era miembro de ese gobierno presidido por Arsenio Cordero que no logró la mayoría absoluta ni en 2003, ni en 2011.

–Lo de 2011 no lo vimos venir. Fueron cuatro años en los que trabajamos muy bien, se invirtió mucho dinero en Alcalá y se hicieron muchas obras, pero cuando la gente lo pasa mal, cuando no tiene para comer o para pagar sus deudas, da igual que tengas el pueblo como un dulce. Después empezamos a subir poco a poco y hoy afortunadamente la cosa ha cambiado y la gente empieza a valorar otras cosas como por ejemplo cómo ha sido el verano cultural, en qué estado están la piscina municipal o el pabellón, etc. Las elecciones de 2011 fueron aquellas en las que los ciudadanos le dieron un bofetón a todos los alcaldes del PSOE. Después lo que pasó es que la gente castigó la pinza, entre otras cosas porque el alcalde del PP no estaba nunca aquí ya que tenía su trabajo y era alcalde solamente a media jornada.

–Pues usted también compagina la Alcaldía con sus obligaciones como diputado provincial y además con responsabilidad de gobierno. A usted no le ha repercutido pero a otros ex alcaldes de su partido esa duplicidad de cargos sí le terminó pasando factura en su día.

–Es cierto, y cuando hace cuatro años me ofrecieron ser diputado provincial me lo pensé porque mi preocupación era esa, cómo se lo iban a tomar mis vecinos. Pero no ha tenido repercusión alguna porque mi gobierno municipal es muy potente. Es verdad que la gente quiere ver al alcalde, pero mis concejales atienden y solucionan problemas. Y eso se nota.

–¿Cuál es su prioridad para los próximos cuatro años en Alcalá?

–Tengo dos prioridades que son el despegue industrial de Alcalá y darle un impulso al turismo. Yo tengo el convencimiento absoluto de que industrialmente Alcalá tiene que explotar en algún momento, lo que redundará en el empleo. Y eso será así por nuestra situación estratégica en el corazón de la provincia de Cádiz y al pie de la autovía A-381 (Jerez-Los Barrios). Somos el primer municipio que hay cuando se sale del gran polo industrial del Campo de Gibraltar y tenemos muy cerca Jerez, el aeropuerto y el tren. Todo eso lo tenemos que poner en valor pero antes es preciso que pongamos suelo industrial. Cuando lo tengamos alguna empresa de las punteras vendrá aquí porque estamos en el sitio. Seguro.

Y en cuanto al turismo tenemos que saber vender que somos la puerta de entrada del Parque Natural de Los Alcornocales y que estamos cerca de las playas, porque hay mucha gente que huye de la costa buscando más tranquilidad y precios más baratos. Todo eso tenemos que potenciarlo junto con los dos museos que tenemos en proyecto: el etnográfico y el de Alejandro Sanz.

–¿Y en esa apuesta por la industrialización sigue contando usted con el polígono de La Palmosa 2 o tras lo sucedido con Ouviña y Bahía Competitiva esa iniciativa está ya enterrada?

–Será el juez el que tendrá que decidir en su momento si el dinero que se llevaron era o no de ellos. Yo ahí no entro. Lo que sí me preocupa es ese suelo industrial, que es de ellos y que ahora está embargado. He preguntado varias veces si puedo hacer uso de ese suelo estando abierto este proceso judicial, pero no es posible. De ahí que en el PGOU que tenemos en avance para su aprobación hayamos metido zonas nuevas de desarrollo industrial porque no podemos parar y debemos tenerlo todo preparado por si llega una empresa interesada en asentarse en Alcalá.

–¿Qué ha cambiado en los últimos años entre Alcalá y Alejandro Sanz? Porque el pueblo siempre ha estado ahí, el artista también pero ahora esa relación se ha multiplicado con una calle a su nombre y el proyecto de construcción de un museo.

–Hombre, que seamos primos hermanos igual influye, pero también que tengamos muy buena relación. Tenemos un grupo de whatsapp entre todos los primos y Alejandro está perfectamente informado de todo lo que pasa en Alcalá y en la provincia de Cádiz. Además, dicen que cuando la gente va cumpliendo años se va volviendo más nostálgica. A lo mejor eso le está pasando también a Alejandro tanto con Alcalá como con la ciudad de Cádiz. Para nosotros es un orgullo que él haya querido que su único museo esté en Alcalá. Eso servirá para traer más gente al pueblo. El museo de Raphael en Jaén tiene unas 15.000 visita al año, por ejemplo, y yo creo que nosotros podemos estar en una situación parecida cuando lo tengamos abierto, algo que confío en que se pueda producir entre 2020 y 2021. Además, la provincia de Cádiz puede tener una red de museos de artistas de primer nivel gracias a Algeciras con Paco de Lucía, San Fernando con Camarón y Alcalá con Alejandro Sanz... sin olvidar a Chipiona y su proyecto de museo de Rocío Jurado. Podría ser espectacular.

–Muchos alcaldes del interior están preocupados por la despoblación que sufren sus municipios. ¿Es también el caso de Alcalá?

–Es uno de los asuntos que más me preocupa. En la última década Alcalá ha perdido unos 500 vecinos. La despoblación está en unos niveles disparatados y no sabemos cómo frenarlo. Hay más muertes que nacimientos y hay muchos jóvenes que se van para trabajar o para estudiar, porque dicen las estadísticas que somos un pueblo con un alto número de universitarios. Este último dato es positivo, evidentemente, pero también repercute en la bajada del padrón.

–¿Y qué se puede hacer desde el Ayuntamiento para combatir el desempleo?

–Yo creo que la clave está en que a la comarca de La Janda le falta un modelo productivo característico. En la Sierra, por ejemplo, nos llevan 20 años de distancia en materia turística y aquí seguimos buscando nuestro modelo. Y eso que para mí la Janda es la comarca más rica y con más potencial de la provincia, pero también es la comarca de la que menos se habla por estar entre el Campo de Gibraltar y Jerez. Pero La Janda va desde Zahara de los Atunes a San José del Valle, tiene por tanto playa, campiña, parque natural, historia... Lo tenemos todo pero no hemos sabido aún sacarle provecho.

–Si hay algún pizarrista en la provincia ese es usted, por razones obvias. Pero ¿qué es para usted el pizarrismo?

–Hay gente que eso de los ismos lo ve de manera despectiva. Pero para mí lo del pizarrismo no tiene un condicionante negativo porque supone una época en la que varios compañeros, muchos de ellos de Alcalá y otros de fuera, se unieron en torno a mi padre, a Alfonso Perales o a Manuel Chaves para hacer un PSOE muy grande. Aún hay mucha gente que llama a mi padre para cualquier tipo de duda y para pedirle opinión en cuestiones políticas. Y eso para mí es un orgullo. El otro día estuvo mi padre en Cádiz en un acto con Antonio Sanz (PP) con el que se lleva de maravilla, y me da pena que esas relaciones personales no existan ahora. Hoy la política está muy fea. Antes por ejemplo llegaba un consejero al pueblo y la gente quería hacerse fotos con él. Ahora en cambio critican que venga en coche oficial. La culpa de todo esto es nuestra, de los políticos, y o lo cambiamos nosotros o no sé dónde vamos a llegar.

–¿Qué parte positiva o negativa, si la hubiera, ha tenido para su carrera política ser hijo de Luis Pizarro?

–Yo estoy convencido de que en mi carrera política me puede haber beneficiado ser el hijo de Luis Pizarro, sobre todo porque creo que él ha tenido siempre más amigos que enemigos dentro del partido. Ahora bien, el que ha ganado dos elecciones municipales en Alcalá y además sacando 10 concejales en ambas ocasiones soy yo. Yo opté en su momento por la política más difícil que hay, que es la local, me la jugué y me salió bien. Puede que influyera mi apellido, puede que tenga gente a favor o en contra pero el puesto de alcalde no se hereda porque te lo da la gente.

–¿Y cuáles son sus planes para el futuro? ¿Se pone usted un tope de años en la Alcaldía?

–No, no. Nunca he compartido eso de las limitaciones en el cargo. Si un político quiere seguir en un cargo porque está a gusto y se siente con fuerzas, y si además el pueblo le respalda ¿por qué tiene que irse? Nunca lo he entendido. ¿Y por qué hay que poner un límite de ocho años y no de siete, por ejemplo? Yo creo que cuando un alcalde lleva 20 años en el cargo es porque lo está haciendo bien.

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