Hay negocio

Empresarios de distintos sectores abren mercado en Filipinas, Colombia, Panamá o Emiratos Árabes

"Hay muchos que lo hacen, y a ninguno le va mal", dicen

Manuel Álvarez, de la Cámara (izqda.), con los representantes empresariales participantes en misiones comerciales.
Manuel Álvarez, de la Cámara (izqda.), con los representantes empresariales participantes en misiones comerciales. / Lourdes De Vicente
F.R.

01 de octubre 2017 - 02:25

Cádiz/Tener la oportunidad de conocer otros mercados, coger un avión, conocer empresarios de tu provincia que antes no conocías, llegar a otro país, tener ya reuniones concertadas y hacer negocio. Esto, de forma muy básica, se conoce como misión comercial y es lo que lleva haciendo la Cámara de Comercio de Cádiz desde hace años a través de su departamento de Internacionalización, que dirige Manuel Álvarez. Manuel se ha convertido en el guía imprescindible para muchos de estos empresarios gaditanos, la verdadera referencia a la hora de dar el arriesgado paso de invertir fuera o, incluso, asentarse a miles de kilómetros. Este año, una vez más, ha vuelto a demostrarse. Hay negocio fuera de Cádiz.

Han sido varios los países donde firmas con sello de Cádiz se han ido desplazando a lo largo de los meses: Panamá, Colombia, Cuba, Alemania, Inglaterra, India... y de distintos sectores, desde el turístico al agroalimentario, tecnológico o naval. Con ellos charlamos en la sede de la Cámara. La primera en contar su experiencia es Josefa Díaz, propietaria del Hotel Las Cortes. Desde su punto de vista, estas misiones de la mano de la Cámara sirven para cambiar la perspectiva: "Tengo muy claro que el destino, que es lo que yo vendo, es joven y hay que posicionarlo. Cuando me preguntan por qué voy si tengo el hotel lleno, les respondo que están equivocados: el cliente de ayer no es el cliente de mañana, va cambiando, y tenemos que ir a esos destinos, preparar la alfombra para cuando vengan. He estado en Panamá, Colombia, que ha sido un éxito, que hasta el Ministerio de Turismo quiere un acuerdo con Cádiz, porque en cualquier paquete establecido con touroperadores no aparece Cádiz, y ahora quieren que aparezca".

Manuel Úbeda está al frente de la empresa Goldsal, natural de El Puerto. Es la cuarta generación de una marca que durante años trabajó para una multinacional francesa, hasta que decidieron innovar y dar el salto. "Nos fuimos a la mejor sal, que para nosotros es la flor de sal de Cádiz, que no hay muchas iguales en todo el Atlántico. Empezamos a ver si era óptimo hacerlo y decidimos tirar para adelante: si hay sal con pimienta o con limón, ¿por qué no con oro que está de moda?". Sal de oro. De ahí el nombre de la empresa. También estuvo en Filipinas de la mano de la Cámara. "Hemos cogido allí un cliente bastante bueno. Que a 12.000 kilómetros ya haya algo nuestro es increíble", confiesa. Pero esta empresa gaditana (que tiene una tienda gourmet en La Laguna, en la capital gaditana) ya había exportado a Emiratos Árabes, donde incluso ganaron un premio, y después Rusia, La India, parte del norte de Asia, algo de China o abriendo mercado en EEUU. Pudieron, incluso, rechazar un intento de compra de Amazon. Ahora tienen tres empleados pero el paso inmediato es abrir oficina en Abu Dabi y duplicar el número de trabajadores.

El contacto con Filipinas también rompió esquemas en Alberto Alcántara, de la empresa Xerintel, nacida en Jerez para dar respuesta a necesidades tecnológicas, aplicaciones y programación informática. Alberto narra que ya no descartan abrir oficina en ese país, a pesar de que muy pocos de sus 1.800 clientes estén fuera de España. Tampoco tienen muchos en Cádiz pero, a su juicio, se debe a la competencia en el sector, que lleva a que en grandes ciudades los precios puedan incrementarse.

En Filipinas ha podido comprobar que, al contrario de su idea preconcebida, "creíamos que no era buena idea salir a un país menos desarrollado que el nuestro, con un nivel de vida inferior, a vender un producto más caro en su producción. Pero una vez allí nos dimos cuenta de que, a pesar de eso, el mismo producto que vendemos nosotros aquí, allí se vende siete u ocho veces más caro. Hemos aprendido mucho en organización porque allí en infraestructuras están mal, con oficinas bastante pobres, pero en metodología de trabajo nos ganan 20-0. Aquí hay instalaciones muy modernas, pero el nivel de programación en este tipo de países es muy superior al de aquí. El salario de un trabajo menos cualificado con respecto al cualificado, en una provincia como Cádiz, no difiere mucho; pero allí en Filipinas vimos que un trabajo no cualificado puede estar al cambio a 120-140 euros mensuales, pero un programador puede llegar a ganar 4.000 dólares".

El último ejemplo es el de Diego Chaves. Es gerente de la empresa Verlicoa, además de presidente de la asociación de empresarios de la industria naval de Cádiz. Su función en esta empresa de larga tradición en el sector naval de la Bahía es, precisamente, la internacionalización. Hoy, después de varias visitas en distintos países, asegura que "nos dimos cuenta de que el sector aquí estaba condicionado a una empresa tractora muy grande -los astilleros públicos- y que había mucho trabajo en el exterior. Puedo decir que hemos sacado rendimiento a varias de las acciones comerciales a las que hemos ido". En la actualidad, trabajan en Egipto, la India o Emiratos Árabes, están abriendo una delegación y proyectos muy avanzados en Guinea Ecuatorial.

Diego Chaves admite que "salir fuera nos ha servido para abrir la mente. Casi todos venimos de empresas familiares, pero es verdad que hay una nueva generación de empresarios, de en torno a 40 años, que apuestan por seguir dando servicios donde lo hemos dado toda la vida, en los astilleros, pero que eso no conlleva que se pueda trabajar fuera. Si tenemos capacidad, es absurdo no hacerlo, y a ninguno le va mal. Casi todos han aumentado en gran medida su facturación".

Bienvenida, Diputación Provincial de Cádiz

Una de las novedades del programa de internacionalización de la Cámara de Comercio, que dirige Manuel Álvarez, es la incorporación de la Diputación Provincial de Cádiz. Los empresarios lo agradecen, pero también la propia Cámara. Por dos motivos. El primero, explica Álvarez, es emocional: "La Diputación ha reconocido que las cámaras son las que trabajan en internacionalización y las que manejan o controlan y tienen experiencia en ese sector, en lugar de competir y ha decidido aunar esfuerzo. Eso nos satisface personal y profesionalmente". El segundo, económico. "Gracias a la gestión que organizamos de los fondos europeos, la Diputación logra multiplicar por cinco su presupuesto. Las acciones están cofinanciadas al 80-20 (fondos europeos-empresas), y con la aportación de Diputación hay muchos gastos cubiertos al cien por cien".

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