El tribunal de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Cádiz encargado de juzgar el caso del cura de Salesianos -acusado de abusos sexuales a menores en el colegio en el que ejercía las funciones de director entre 2011 y 2013- no ha alcanzado un acuerdo a la hora de redactar la sentencia.
Este tribunal, compuesto por tres magistrados, Manuel Grosso de la Herrán (presidente de la Sección), Miguel Ángel Ruiz Lazaga y Ana Rubio Encinas, se ha dividido en su deliberación sobre la resolución judicial que determinará si Francisco Javier López Luna cometió o no los doce delitos de abusos sexuales que en un principio planteó la Fiscalía.
Así, Ana Rubio Encinas, la juez que había sido designada como ponente de la sentencia, es decir, la que debía redactarla y argumentarla, ha defendido una postura diferente a la de sus otros dos compañeros, Manuel Grosso de la Herrán y Miguel Ángel Ruiz Lazaga. Por lo tanto, la sentencia no será dictada por unanimidad, sino que la decisión será adoptada por mayoría de dos votos contra uno.
Al ser precisamente la magistrada ponente la que queda en minoría con su voto en solitario frente al de los otros dos jueces de la Sección Tercera, ha renunciado a redactar el dictamen que condene o absuelva al cura de Salesianos.
Toda vez que la magistrada ha rehusado a elaborar la sentencia sobre el ex director del colegio religioso -lo que se ha hecho saber a las partes implicadas en este procedimiento a través de una providencia-, ahora se ha nombrado a un nuevo ponente, el juez Miguel Ángel Ruiz Lazaga.
El relevo en la ponencia de esta resolución judicial implica además otro paso poco corriente en el ámbito jurídico. Y es que una vez que la sentencia esté redactada y razonada, la magistrada que ha mantenido el punto de vista discordante deberá emitir su voto en solitario así como su argumentación para sostenerlo.
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