A quiénes tocan los guitarristas andaluces
Música
Juan Carlos Romero pone música en 'Río de rostros' a poemas de Caballero Bonald, Benítez Reyes, García Montero, Félix Grande y Joaquín Sabina, entre otros
Pepe Roca, antiguo cantante de Alameda y Jarcha, pone la voz principal en un álbum repleto de colaboraciones
Sevilla/Se preguntaba Rafael Alberti, en uno de sus poemas más conocidos, qué cantaban, qué miraban, que sentían los poetas andaluces del ahora de aquel entonces. Casi 70 años después de aquellos versos –escritos en 1950– la misma pregunta empezó a resonarle por dentro a Juan Carlos Romero, quien además de fino y lírico compositor y guitarrista flamenco, es un buen aficionado a la poesía. "Más allá de los clásicos, de las generaciones del 27 y del 50, por ejemplo, quise profundizar en eso: ¿de qué escriben ahora, quiénes son, dónde están? Ese fue el germen de este proyecto", explica.
El resultado de ese impulso, luego convertido en años de contactos personales que en algunos casos desembocó en amistad, y finalmente en una grabación repleta de colaboraciones de primer nivel (José Mercé, Carmen Linares, Estrella Morente, Javier Ruibal e incluso una presencia llamativa, por inesperada, como la del rockero Rosendo) es un libro-disco titulado Río de rostros. En él figura otro cómplice, éste fundamental: Pepe Roca, vocalista de Alameda y Jarcha, que canta solo o acompañado todos los temas del álbum salvo el hermoso poema de Felipe Benítez Reyes que recita el director teatral y actor José Luis Gómez, y Un río de música, la pieza instrumental que cierra la obra.
"Había mucho donde elegir, fue una tarea complicada –retoma Romero–. Tenía un puzle enorme de poemas y una de las pocas cosas claras es que quería que estuviera un imprescindible como José Manuel Caballero Bonald, que para mí es una especie de Papa... Finalmente elegí los poemas y a los autores por una cuestión de afinidad. Es decir, que todos los que están son, sin duda, pero no están todos los que son. Lo que hay en el disco no deja de ser una especie de canon personal. Como quería que participaran en el disco, pero no sólo cediendo sus poemas sino de manera algo más activa, ellos, o en algunos casos sus herederos o colaboradores, me pasaron cinco poemas que creían que podían ir bien con la música que yo hago, y de entre esos cinco yo me quedé ya con uno de cada autor".
La nómina de poetas está compuesta por los citados José Manuel Caballero Bonald (Espera) y Benítez Reyes (La condena), junto con Javier Salvago (Divino tesoro), Fernando Quiñones (Como un río de rostros), Joaquín Sabina (Happy birthday to me), Eva Vaz (Yo no quiero), José Heredia (Aunque sea reciente mi carne), Luis García Montero (Recuerda que tú existes) y Félix Grande (Si tú me abandonaras), además del propio Romero –que incluye "no un poema sino una letra", insiste, porque no pretende en ningún caso figurar "en pie de igualdad ni pasar por poeta"– y Juan José Téllez, que además de aportar los versos de Europa ayudó al músico a contactar con la mayoría de los poetas.
"Ha sido una experiencia interesantísima de vivir. Los poemas son todos preciosos y la música los viste con un traje hecho a medida. Cantarlos ha sido un reto, sin duda, porque era consciente en todo momento de estar inmerso en un proyecto de una exigencia y una categoría enormes, así que sabía que tenía que ponerme las pilas y estar a la altura. Ha sido un trabajo muy costoso de hacer pero, como todas las cosas que cuestan, cuando las terminas sientes un legítimo orgullo", dice Pepe Roca, en quien pensó Juan Carlos Romero desde el principio.
"Lo conozco muy bien desde hace muchos años y sé la capacidad de registros que tiene. Tuve claro siempre que éste iba a ser un disco que tocaría muchos estilos, se pasa de una bulería como la del tema de Mercé a los aires latinos del que canta Lucrecia, y de ahí a una balada...", explica el guitarrista. "Y esa es una de las grandes dificultades del disco, para hacerlo al menos, pero al mismo tiempo es también una de sus mayores virtudes. Este disco puede ser cualquier cosa menos aburrido", apunta Roca.
"Hecho con mucha libertad", como señalan ambos, el disco tiene un inequívoco sello flamenco, pero al mismo tiempo juega a desdibujar la frontera, tan preciada para las almas amigas de la ortodoxia, entre cante y canción. "Esta vez quería salirme del flamenco; es lo que soy fundamentalmente, pero entiendo que puedo hacer también otras cosas. Y he hecho todo eso que no estaba haciendo y me apetecía probar, pero sin renunciar a lo que soy", explica el compositor y guitarrista.
Romero se fijó otro "reto personal". "Los músicos tenemos un gran apego por la armonía, por ejemplo –explica Romero–. Hay cosas que llevan un entramado armónico tan complejo, tan bonito, tan atractivo, que cualquier cosa que le pongas encima funciona, aunque sea una melodía mala o vulgar, funciona bien. Bueno, pues yo quería hacer justo lo contrario: hacer una melodía sobre una armonía sencilla y natural, sin perderme en los recovecos de las disonancias, de esto y aquello... Eso, en el fondo, es lo más complejo porque es muy difícil hallar una melodía acertada con Do mayor, Fa y Mi, lo normal es que te parezca vulgar. Por eso fue un reto hallar melodías hermosas a partir de tres acordes elementales, y que además se sostuvieran por sí mismas, sin necesidad de apoyarse en una armonía compleja. La premisa principal era llegar a lo complejo a través de lo sencillo".
Río de rostros se presentará en Sevilla "en la primera quincena de octubre", adelanta Romero, aunque por ahora no puede especificar el lugar porque está aún en la fase de negociación con el recinto. A diferencia de lo ocurrido con el disco, que fue rechazado por las multinacionales a las que se ofreció, asegura, es una pura formalidad y no habrá problemas.
"Si no quieres estar en esta profesión con demasiada tristeza, tienes que asimilar lo que hay. Es doloroso pero conveniente saber que la cultura no interesa en los grandes sellos", lamenta Pepe Roca. Los grandes sellos, tercia Romero, "venden música como el que vende magdalenas". "Cuando te das cuenta de que lo que para ti es casi sagrado, para la otra parte sólo es pura mercancía, una mercancía que además les va a dar trabajo y una rentabilidad escasa... Cada uno por su camino", dice el compositor y guitarrista, que finalmente, cuando el disco a punto estaba de "quedarse guardado en un cajón", encontró la mano tendida de Jesús de Fariña, productor ejecutivo del libro-disco, ilustrado por Paco Pérez Valencia y Víctor Romero y publicado por el sello independiente Twolovers.
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