Adolescencia, rebeldía y desarrollo
La Academia, hoy
LA Organización Mundial de la Salud define la adolescencia como la etapa que transcurre entre los 10 y los 19 años, considerando además dos etapas en ella: la denominada adolescencia temprana, que comprende entre los 10 y los 14 años, y la tardía, desde los 15 hasta los 19 años, que se entrecruza con la denominada juventud (entre los 15 y los 24 años). El término proviene del latín adolescer, y significa 'ir creciendo', desarrollarse hacia la madurez, hacerse adulto. Algunos ubican la adolescencia como un periodo vital entre la infancia y la adultez. Otros la conciben como un 'segundo nacimiento', un nuevo parto hacia un periodo de la vida en que se reavivan ciertos conflictos relacionados con el estado de indefensión del bebé, enfrentado a un mundo que le es caótico y desconocido.
Y es que comienza una etapa de oposición, en la que los adolescentes intentan autoafirmarse desarrollando un yo diferente al de sus padres y madres a los que han estado tan estrechamente unidos hasta ahora. Una etapa en que además, el proceso hormonal al que están sometidos les juega malas pasadas produciendo desarreglos emotivos, lo que hace que unos días nos sorprendan con un abrazo y otros rechacen cualquier muestra de cariño. Una etapa en que aparece esa característica común que une a los adolescentes de antaño con los de ahora: la rebeldía. Rebelión en cuanto a los sistemas de valores de los adultos y de las ideas recibidas. Se manifiesta una creciente emancipación de los padres, de los cuales se busca independencia, pero a la vez se busca la protección en ellos. Se produce una mutua incomprensión con los padres y se tiene la necesidad de valorarse, de afirmarse y de sentirse aceptado y reconocido por los de su entorno. Una rebeldía con la que se busca volar, ser libre, emanciparse.
¿Y cuál es el objetivo de ese deseo de emancipación? Formar grupos de iguales, en cuya categoría más amplia recogeremos a los iguales de la misma edad y género. Grupos que son importantes para que los jóvenes adquieran y aprendan las destrezas interpersonales que son valiosas para vivir en sociedades complejas en constante cambio. Grupos donde sentirse queridos y comprendidos, donde se busque la sinceridad, el altruismo, los mismos gustos y opiniones, se tenga confianza mutua y se apoyen unos a otros, donde se confiera seguridad y protección a la vez que se facilitan las amistades. Esto es lo que Dunphy llamó "pandilla". En estos grupos de iguales se establecen normas generales para los que se sienten atraídos a identificarse con sus valores. Esto hará que dichos grupos, que llegarán a ser auténticas escuelas de formación social, se reúnan con frecuencia y participen de las mismas diversiones y emociones, y cómo no, también de los mismos riesgos.
Unos riesgos que analizaremos hoy en al Academia, y de lo que a modo de avance adelantaremos que más de la mitad de los adolescentes de 15 años han probado el alcohol y siete de cada diez bebe en la actualidad. Casi un tercio ha probado el cannabis según el Plan Nacional sobre Drogas. La mitad de los adolescentes opina que pegarle a un compañero o un profesor no es violencia y casi uno de cada cinco reconoce abiertamente haber participado en agresiones o en actos de vandalismo. Siete de cada diez dedican más de dos horas diarias a ver la televisión y casi tres horas a Internet, donde depositan una enorme cantidad de información personal. Es un hecho demostrado también, la importancia que en estas edades tiene la depresión. Se producen más muertes por suicidio que por accidentes de tráfico y la depresión es la principal causa entre los 15 y los 19 años. Mención aparte merece el tema de la sexualidad, tan latente en la juventud, y que en muchas ocasiones se convierte en práctica de riesgo cuando se mezcla alcohol u otras sustancias que pueden acrecentar la sensación de invulnerabilidad de los adolescentes. En 2008 se produjeron 29.000 embarazos en chicas adolescentes. La cifra de interrupciones voluntarias del embarazo en jóvenes de 15 a 19 años fue de 14.939 y en menores de 15 años, de 475. Preocupante ¿no?
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