Amalia Vilches entrega una intriga criminal en la Mérida visigoda

La autora presenta en la Feria del Libro 'La cabellera de fuego', con una trama en un periodo muy desconocido de nuestra historia

Amalia Vilches.
Amalia Vilches.
Pedro Ingelmo Jerez

04 de junio 2015 - 05:00

"Quería un personaje histórico pero poco o nada conocido y un alumno mío, Javier Freire, me puso sobre la pista de Claudio. Fue un descubrimiento". La profesora de literatura de la UNED Amalia Vilches se sumergió entonces en la vida de Claudio y se entusiasmó con una investigación que le llevó a adentrarse en una Mérida poco transitada, no la de las grandes ruinas romanas, sino la de los vestigios visigodos, de los que quedan magníficas recuperaciones, como la iglesia de Santa Eulalia. Ese sería el escenario de su relato, que se inicia épico, también romántico, y desemboca en una intriga criminal. "Gracias a este libro pasé unos días maravillosos en Mérida conociendo otra Mérida", confiesa la autora, que hoy, a las 18 horas, presenta su obra en la Feria del Libro, en los Claustros.

Vilches, que reconoce que "me he divertido muchísimo escribiendo esta novela", asegura que toda la tarea de documentación para dar verosimilitud a la narración ha sido apasionante. Para empezar, situarse ante la figura de un noble hispanorromano, Claudio, que sirve a espadazos a dos reyes visigodos, Leovigildo y su hijo Recaredo, en el siglo VI, una época clave en la construcción de lo que acabaría siendo Hispania o, al menos, un concepto más o menos aproximado.

Históricamente, sitúa a Claudio en una tesitura peculiar, ya que los hispanorromanos, hijos de la legendaria Roma, no se andaban con demasiado trato con los bárbaros, ni tampoco se metían en política, por llamarlo de algún modo.

Vilches ha querido construir con todo ello "un fresco de la época, en el que tienen cabida desde la gastronomía de la época hasta sus plantas medicinales". Esa es la causa de que las últimas páginas del libro estén dedicadas a una extensa bibliografía, tres páginas de libros en los que la autora ha encontrado toda la documentación real que se transforma en ficción en sus manos. Además, el lector podrá observar una serie de grabados que le ayudan a situarse en el momento de la trama: armamentos, vestimentas, estribos, sillas de montar... Todo lo necesario para visualizar un look tan desconocido para nuestra literatura como el del guerrero visigodo.

Reconoce Vilches que se ha visto hasta un poco sorprendida por su creación porque "ni siquiera soy una lectora muy habitual de la novela histórica, pero en el personaje de Claudio se daban todos los componentes para crear un héroe con todas las pasiones de cualquier mortal, e incluso sus dudas". El libro se arma con continuos giros tanto temáticos como geográficos, partiendo de Toledo para finalizar en esa Mérida mágica, donde Vilches quiere presentar su novela como agradecimiento a la ciudad que le ha entregado el apasionante personaje al que ella ha vuelto a dar vida.

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