Añorada lectora

Añorada lectora
Añorada lectora
Ramón Clavijo. Ramonclavijop@Telefonica.net / José López Romero. Portlo@Telefonica.net

22 de octubre 2008 - 05:00

Lectores sin remedio

(en recuerdo de F.P.)

HE devuelto al estante "La ciudad de cristal". Sí, aquella novela de Paul Auster con la que inició su alabada trilogía ambientada en la ciudad de Nueva York. Este libro, que permaneció tras adquirirlo en la librería, hace ya algunos años, olvidado en mi biblioteca, fue el que sin saber exactamente por qué, elegí para que acompañara los aciagos días, previos a su marcha definitiva, de un ser muy querido. Me pidió un libro y recordé este. Lo cierto es que "La ciudad de cristal" ya para mí, será algo más que el libro donde descubrí a Auster, porque no podré evitar a partir de ahora ver entre sus páginas, además de las andanzas del poeta Daniel Quinn, reflejos de aquella buena lectora que nos dejó, pero que sigue presente en ese señalador enigmático, detenido entre esas páginas donde el protagonista de la historia visita a Paul Auster, el escritor de la novela de la que él es solo un personaje. Siempre he estado convencido de que hay libros que, por azar o por razones que nos son difíciles de explicar, adquieren una trascendencia mayor de la propia historia que contienen impresa. Si hacen la prueba, reconocerán entre los libros de su biblioteca, unos pocos en los que se ha depositado otra historia paralela, y esta es tanto o más especial de la que descubrimos al abrirlo y leerlo por vez primera. Estuve dudando, después de la marcha de esa añorada lectora, si recuperar aquel libro de Auster, de por qué no ocupar el hueco dejado en la librería, con otro que me trajera recuerdos menos dolorosos. Pero entonces recordé pequeños detalles olvidados, y que empezaron a afluir….Mi ansiedad aquel día por adquirir el libro de un autor por entonces, en mi caso, desconocido. La satisfacción que me produjo tener la edición, de la editorial Anagrama, entre mis manos y luego, inexplicablemente, abandonarlo en la estantería para olvidarlo. Leí nuevos libros de Auster, ya convertido en una celebridad, pero ello no me hizo volver sobre el ya olvidado "La ciudad de cristal". Tuvieron que llegar aquellos tristes días en que ella me pidió un libro, tan solo para hacer más llevadera la definitiva despedida. Entonces me acordé de aquel. ¿Quién me iba a decir que el libro de Auster, desde que lo adquirí, había estado reservado para acompañar los últimos días de una muy añorada lectora? Hoy, en cambio, lo que he devuelto a un estante de mi biblioteca es, sin duda, algo más que un libro. Ramón Clavijo Provencio.

La editorial Anthropos en colaboración con el Ministerio de Educación y Ciencia publicó en su día una colección a la que tituló "Clásicos del pensamiento y de la ciencia", que no tenía otro fin que poner a disposición de especialistas y curiosos una serie de obras que representara lo mejor de la filosofía, la ciencia y el pensamiento; ediciones cuidadas, críticas y profusamente anotadas con profundas introducciones o estudios previos. Una de estas obras es la que aquí reseñamos y que lleva por título completo "Discurso político al rey Felipe III al comienzo de su reinado", y responde a esa corriente de pensamiento que desde los Austrias Mayores y más desarrollada en los menores, se dio en llamar "tacitismo". Tomando como modelo los textos del Cornelio Tácito, los "tacitistas" intentan "racionalizar la vida política española en un momento en que se palpaba su decadencia". Y hasta nos ofrece una serie de remedios para neutralizar los peligros que acechaban a la monarquía. Más actual, imposible. J.L.R.

En una excelente edición (como, por otra parte, nos tiene acostumbrados la ed. Cátedra en su colección de "Letras Hispánicas") al cuidado de Ciriaco Morón y Rolena Adorno, se nos presenta esta tragedia de nuestro Teatro Clásico Español. Tragedia que tiene la mala suerte de haber sido oscurecida por la trascendencia literaria de "El burlador de Sevilla" atribuida al mismo Tirso. Y digo "mala suerte" porque pocas obras tratan tan bien y de forma más angustiosa la predestinación del hombre. La obsesión que domina a Paulo por la salvación de su alma, termina por jugarle una mala pasada. Enterado de que su suerte final será la de Enrico, frío y despiadado criminal al que poco o nada le importa su salvación, le hace a aquel desesperar y hundirse en un laberinto de desconfianzas que acaba por condernarlo al infierno; mientras que Enrico se salva por amor a su padre. Magnífica la escena en que Paulo exige el arrepentimiento de Enrico. J.L.R.

Pese a su tardía publicación en el año 1944, podemos considerar este como un libro imprescindible para comprender la mentalidad viajera, sobre todo del viajero anglosajón, con respecto a la Península Ibérica. Tras disfrutar de su lectura reconoceremos que está, por supuesto, a la altura de la obra de Richard Ford, aunque más cercano en sus planteamientos a la Biblia en España de George Borrow. Pero, además, este libro tiene el aliciente de ser poco conocido, se editó por vez primera en castellano, en 1944, y hasta 1985 no volveríamos a ver una nueva edición, con un excelente prólogo, por cierto, de Muñoz Molina. Starkie, acompañado de su inseparable violín, nos deja una singular visión de nuestro país en una época muy oscura como la de aquel año de 1936, de infausto recuerdo. Eso sí, el curioso tendrá que esforzarse en conseguir un ejemplar de esta edición, que si no descatalogada, tampoco resulta de fácil adquisición. Merece la pena el esfuerzo.R.C.P.

Debo confesar mi desconocimiento inicial sobre la autora de las historias que dan lugar a este libro. Libro que descubrí cuando me acerqué curioso al estante de la librería donde se encontraba, atraído por un lado por lo llamativo del nombre, por otro por los buenos ratos pasados con otros autores japoneses. Me decidí probar suerte, y el resultado fue descubrir una escritora de cautivadora prosa, a la que a partir de ahora trataré de seguir (siempre que no tenga para ello que aprender japonés). El libro recoge tres relatos, en los que sus protagonistas se enfrentan a situaciones desesperadas, ya sea la pérdida de un ser querido, un amor no correspondido, o el verse atrapado por la esclavitud de la bebida. Pero, aunque las situaciones parezcan impregnar la lectura de una atmósfera de angustia y desesperanza, la escritora nos sorprende al reflejarnos cómo los distintos protagonistas de sus historias aprenden a encontrar en la negra realidad peculiares salidas para continuar hacia delante. R.C.P.

stats