Con la publicación "Barcelona emergente" editada con el auspicio del Círculo taurino Amigos de la Dinastía Bienvenida de Barcelona, la afición de la capital de Cataluña ha lanzado otra andanada en defensa de la fiesta nacional, no se olvide que la ciudad condal se ha auto declarado oficialmente antitaurina por el alcalde socialista Joan Clos.

Y esa es otra de las paradojas que señala este libro ya que en 1988, otro alcalde socialista como Pasqual Maragall impuso a un torero la medalla de oro de la ciudad, nada menos que a Joaquín Bernadó.

En ese clima y con la afición acosada hasta tal punto que un torero catalán , Serafín Marín, hizo el paseíllo cubierto con una barretina, Fernando del Arco e Izco, navarro afincado en Barcelona desde los seis año, analiza dos temporadas históricas para el toreo en Barcelona las de 2006 y 2007 en las que José Tomás puso su granito de arena en defensa del toreo que, a fin de cuentas, no es más que otra tradición catalana, y eso que en el lado francés de Cataluña se utiliza el toreo como elemento diferenciador.

Fernando del Arco, historiador de Manolete y bibliófilo taurino, analiza la todavía rica vida taurina de la ciudad condal, en la arena y en la sedes de las peñas. El título de su trabajo, que define como anuario, es más un deseo que una realidad, pero sobre todo una llamada a todos los aficionados para no perder terreno en este primer paso hacia la abolición de la fiesta de los toros.

Del Arco resume la tradición taurina de Cataluña, su larga nómina de toreros y completa sus crónicas de los festejos de 2007 y 2008 con estadísticas y curiosidades en un brillante trabajo a la altura de sus anteriores entregas.

Y en estos dos años hay un protagonista gaditano: "Idílico" de Núñez del Cuvillo, toro indultado que cierra el libro y que es el mejor presagio para el futuro.