Cultura

Cartón tridimensional

Fantástico, RU-EEUU, 2010, 110 min. Dirección: Louis Leterrier. Guión: L. Kasdan, T. Beacham, J. Glenn. Intérpretes: Sam Worthington, Liam Neeson, Ralph Fiennes. Cines: Ábaco (San Fernando), Al-Ándalus (Sanlúcar), Super Cine (Arcos), Cinesur (Cádiz, en 3D), Bahía Mar (El Puerto, en 3D), El Centro (Cádiz), Las Salinas (Chiclana).

Flaco favor le hace esta Furia de Titanes a los creyentes (entre los que me incluyo) en el futuro del cine 3D. Justo una semana después de Cómo entrenar a tu dragón, en la que habíamos visto confirmadas nuestras expectativas sobre el perfeccionamiento técnico y estético de la propuesta, este pesado y acartonado peplum mitológico nos remite a los tiempos en los que la tridimensionalidad era ese truco barato y efectista para camelarse a espectadores ingenuos con ganas de ajustarse las gafas de plástico con la mano libre que les dejaban las palomitas o el refresco.

Y es que esta coproducción británico-norteamericana no sólo no consigue quitarse de encima esa sensación de haberse quedado corta en casi todo, empezando por los efectos especiales digitales, y siguiendo con la puesta al día de la épica de las epopeyas fantásticas (hace apenas unas semanas, Percy Jackson y el ladrón del rayo contaba la misma historia en clave irónica, posmoderna y juvenil con bastante más gracia), sino que hace de su tecnología 3D, evidentemente recreada a última hora para subirse al carro del hit de la temporada, un innecesario despropósito.

Más allá de este percance, por el que los espectadores deberían pedir la devolución del sobrecoste de la entrada, Furia de Titanes revisa el poco afortunado filme de 1981 animado por Ray Harryhausen con un ojo puesto en la estética de El señor de los anillos y otro, igualmente miope, en su capacidad de seducir al respetable con la presencia de Sam Worthington (sí, el mismo de Avatar y Terminator Salvation) y la aparición estelar, pura caricatura involuntaria, de Liam Neeson, Ralph Fiennes o Danny Huston como improbables y brillantes dioses del Olimpo enfrentados a un Perseo que parece recién salido de la academia de West Point.

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