La Cátedra de Flamencología celebra su V Fiesta de la Copla

La cita, que se desarrolló en el CAF, tuvo como protagonista la ponencia de Juan de la Plata y contó con el broche de Diamante Negro, con la guitarra de Álvarez

Juan de la Plata, junto a Olga de la Pascua y Aída Rodríguez.
Juan de la Plata, junto a Olga de la Pascua y Aída Rodríguez.
A. Núñez / Jerez

27 de junio 2009 - 05:00

La V Fiesta de la Copla Flamenca como poesía natural del pueblo andaluz, organizada por la Cátedra de Flamencología y Estudios Folklóricos Andaluces, se celebró el pasado jueves en el patio del Centro Andaluz de Flamenco CAF. El acto fue presentado por la directora de dicho centro, Olga de la Pascua, que destacó que la intención de dicho acto "es recuperar la primera fiesta de la copla que el folklorista Francisco Rodríguez Marín celebró en el Ateneo de Madrid en el año 1910", y elogió además la figura del ponente y catedrático Juan Franco Martínez 'Juan de la Plata'. La periodista Aida Rodríguez Agraso, jefa de Área de Publicaciones de la Agencia Andaluza para el Desarrollo del Flamenco, hizo una bella e interesante introducción de la ponencia que a continuación realizó el director de dicha Cátedra de Flamencología Juan de la Plata, que trató sobre la copla flamenca, poesía natural del pueblo andaluz.

La periodista dijo del ponente que es un hombre "que ama el flamenco, que ha vivido el flamenco, que siente mucho el flamenco y que conoce mucho el compás del flamenco".

Juan de la Plata habló en su ponencia sobre la naturalidad de las coplas flamencas, "las que nacen del pueblo y son del pueblo andaluz". Afirma que toda la vida de una copla es poesía natural, "desde que nace por inspiración popular hasta que se muere hecha sonido, emoción y desgarro, convertida en sentimiento, mensaje y cante, música definitiva. Mientras el andaluz tenga una capacidad para componer y cantar una copla a nuestra vieja usanza podremos decir que Andalucía sigue viva, porque sigue siendo fiel a su legado cultural que no es otro que la herencia insobornable de su propia sangre". Recordó algunos ramilletes de bonitas coplas andaluzas y apuntó las letras del poeta sevillano Manuel Machado, quien considera "el más flamenco de todos", así como las letras jondas y flamencas de Federico García Lorca, a la par que sugierió como lo hicieran también los hermanos Álvarez Quintero, que el coplero anónimo habría que hacerle un monumento, ya que cree que la poesía natural de la copla flamenca se adapta más bien a todos los estados anímicos del hombre andaluz y que tiene una imperiosa necesidad de comunicar sus sentimientos controlados, gritándolos a los cuatro vientos, por que sabe muy bien que también como decía Machado que cantando la pena la pena se olvida.

Diamante Negro, con la guitarra del Álvarez, puso el broche final a la gran fiesta de la copla flamenca y lo hizo como él sabe hacerlo y cantando en maestro y tocándole a los palos de las alegrías de Cádiz, a las malagueñas de Chacón y El Mellizo, a los cantes madres de la soleá y seguiriyas y terminando con las clásicas bulerías de Jerez.

stats