Cultura

La Coral de Capuchinos celebra sus Bodas de Plata

La Coral de Capuchinos nació en otoño de 1988, en el seno del convento jerezano que le dio nombre. Un grupo de no más de diez personas aficionadas a la música que en torno al difunto fray Alberto González Caballero emprendieron la aventura de organizar esta formación musical.

El religioso se constituyó entonces como fundador y director durante los primeros años, en los que hizo "lo que buenamente sabía", según señala la presidenta actual de la Coral, María Teresa Díaz; formó un simple coro de iglesia. Sin embargo, como ha demostrado su trayectoria, el grupo podía dar mucho más.

Fue entonces cuando entró en escena el nombre de Emilio Salado. Profesor del colegio La Salle Buen Pastor, el chiclanero realizó sus estudios musicales (solfeo, armonía o de guitarra entre muchos otros) en los conservatorios de Granada y Madrid, obteniendo en ambos máximas calificaciones con premios de fin de carrera. A sabiendas de su cultura en el campo de la música, le ofrecieron dirigir la Coral a principios de la década de los 90.

Emilio Salado califica su entrada en el coro como "de rebote. La Coral estaba desesperada en aquellos momentos por buscar un director. Se dio la circunstancia de que yo daba clase a algunos hijos de componentes del grupo en La Salle y una comisión fue a hablar conmigo. Yo ya había desistido de ampliar mi actividad como docente, pero lo comenté con los hermanos y tras pensarlo un poco decidí tirar hacia delante". Esta relación se mantuvo durante casi 20 años. Salado fue director de la Coral desde 1991 hasta el pasado 2008, cuando fue obligado a retirarse por cuestiones médicas.

El docente explica que en 1991 se encontró "con un coro voluntarioso de gente que todavía no tenía ese estatus pero que más tarde sería la Coral. Me la encontré para empezar a trabajar, había una base, se cantaba a voces pero ya está, para mí era más bien un coro de iglesia". "Lo primero que dije cuando llegué es: mirad, yo tengo mucho trabajo y no me puedo dedicar a esto solamente. Si queréis que yo os dirija, tendrá que ser a mi estilo y exigiendo, porque no quiero perder el tiempo. Todos dijeron que estaban conformes y nos pusimos manos a la obra".

Aunque no fue todo tan fácil, Salado asegura que "al principio no dejaban de decirme 'fray Alberto lo hace así o asá', a lo que respondía con que ahora estaba yo al mando y se haría a mi forma". La presidenta de la Coral recuerda que la llegada de Emilio "fue una revolución en Jerez". La responsable confiesa que entre los alumnos llamaban a Emilio "el loco mágico, cariñosamente".

La primera actuación "en serio" tras la entrada de Emilio Salado fue en las Fiestas de Otoño en la iglesia de San Marcos. El chiclanero asegura que "fue con muchos nervios, pero salió muy bien. Sabía que iba a tener sus lagunas y fallos, pero así se empieza todo. Fue el punto de partida formal, ya que el Ayuntamiento nos metió en el circuito de los programas de otoño de la ciudad". A los pocos años de su entrada como director, entre 1994 y 1995, "vino la federación de Coros de Cádiz".

El docente asegura que el éxito que conquistó la Coral a partir de entonces fue gracias a "mi forma de dirigir y ensayar los cantos. Hacía que la gente se entusiasmara, de una forma muy didáctica, era capaz de ensayar las cuatro voces de un madrigal del Renacimiento, por ejemplo, en una hora de ensayo". Aún así, tiene claro que "en un grupo nunca se llega a tomar conciencia y asentase, porque cuando se alcanza cierto estatus llega el aburrimiento y las peleas de siempre de los coros. Interiormente, los fallos más importantes son la falta de disciplina en la asistencia de los ensayos, a veces te ponen muchos problemas... Pero eso pasa en todas las familias".

Durante el período de Emilio Salado, la Coral ha conseguido varias distinciones, destacando el I premio José María Pemán, otorgado por llevar el nombre de Jerez en acontecimientos culturales y benéficos, dentro y fuera de las fronteras de la ciudad. Tras la formada marcha del docente por problemas de salud, se encuentra al frente de la formación Enrique Iglesias. La composición musical no ha dejado de dar conciertos por territorio nacional e internacional.

Aprovechando las Bodas de Plata de la fundación, Emilio Salado ha escrito el libro 'Antífona de la palabra y misa cubana', una obra que recoge composiciones propias que presentará esta noche acompañado por el doctor cubano José Ignacio González Hernández y el delegado municipal de Cultura, Antonio Real. La cita es en la Sala Compañía a partir de las ocho y media de la noche con entrada gratuita hasta completar aforo. Tras el acto, como no podía ser de otra forma, la Coral de Capuchinos interpretará obras del autor de la formación bajo la dirección del actual director, Enrique Iglesias Romero.

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