Cuenta atrás para detener el Ragnarok

Thor era sin duda la franquicia más floja del universo cinematográfico Marvel. Las dos primeras entregas eran demasiado serias, tediosas y previsibles. Además el dios del trueno no había contado con suficiente protagonismo en la saga de Los Vengadores y se había quedado en un segundo plano frente a Iron Man, Hulk o el Capitán América. No se había hecho justicia al personaje creado por Stan Lee y dibujado por Jack Kirby en 1962.

Esta nueva película con el apocalíptico nombre de Thor: Ragnarok reflota del estancamiento a Thor para llevarlo a un nivel equiparable a la importancia del personaje del cómic.

En esta ocasión la malvada villana es Hela, diosa de la muerte interpretada por Cate Blanchett, dispuesta a poner fin a la civilización asgardiana. Thor (Chris Hemsworth) se encuentra en el planeta Saakar donde es obligado a luchar en una batalla de gladiadores. Allí se reúne con Hulk (Mark Ruffalo) para convertirse en un tándem perfecto en esta aventura.

El filme esta firmado por Taika Waititi, cineasta indie autor de Lo que hacemos en las sombras que podía haber perdido su personalidad en el enjambre de una superproducción como esta. Sin embargo sale airoso en la mezcla de acción trepidante y gags bien intercalados. Una estética retro bien medida, visualmente espectacular pero también funcional en lo narrativo y no es un mero lucimiento visual. La fotografía a cargo del español Javier Aguirresarobe es a la vez virtuosa y coherente. La banda sonora encaja sin caer en el videoclip. En definitiva un espectáculo bien orquestado que esta vez si está a la altura de un dios.