Evolution Comics se ha convertido en un escaparate en el que Panini ha apostado por la obra nacional, dando la oportunidad a nuevos autores para que puedan publicar por primera vez. Pero esta iniciativa, ya de por sí loable, no es lo único que contiene su catálogo, ya que con pasión y dedicación se están recuperando grandes obras del tebeo patrio, auténticos clásicos modernos como el Torpedo Integral y el Serie Negra de Abulí y Bernet, así como el Hombre de Ortiz y Segura.

Con la publicación de estas maravillas ya nos podíamos dar por satisfechos. Pero no, Panini ha propiciado el regreso a las viñetas de uno de los más importantes personajes del cómic español que, gracias al talento de sus autores ha traspasado las fronteras y se ha hecho famoso tanto en Europa como en los Estados Unidos.

¿Y quién es este personaje? Pues Luca Torelli, al que tal vez conozcáis mejor por su nombre de guerra, Torpedo. El asesino más eficaz ha regresado, pero claro, ya no estamos en 1936, en sus años de gloria, en los que a sus pies yacían los cuerpos de los muertos y de las mujeres a las que seducía…

New York, 1972. Las cosas han cambiado mucho para Torelli y Rascal, su fiel escudero, su Sancho Panza. Viejos, sin un chavo, viviendo en un barrio de mierda. Sobreviven a base de comer palomas de un parque cercano y del poco dinero que consiguen con trabajillos. Pero su suerte parece cambiar cuando un periodista demasiado listillo (o eso cree él) está escribiendo sobre los crímenes de la Mafia y, claro está, qué mejor testimonio que el de uno de sus principales sicarios. Y aunque el viejo matón no parece estar por la labor al principio, el olor de los billetes y del perfume de Wendy, la voluptuosa novia del plumilla lo terminan por convencer.

Pero ya se sabe cómo suelen acabar los que se cruzan en el camino de Torpedo…

Aunque el tiempo ha pasado irremediablemente para el personaje, que está viejo, enfermo y con más mala uva que nunca, no lo ha hecho para su genial padre, el guionista Enrique Sánchez Abulí, que vuelve a esgrimir su pluma y con ese verbo ágil y divertido que lo caracteriza, nos narra una historia en la que sabe mezclar, como un buen barman, humor, violencia, sensualidad y crimen. El cóctel perfecto.

En el apartado gráfico, no podíamos estar más contentos con la incorporación al tándem creativo del dibujante argentino Eduardo Risso, que lleva en sus venas la droga del género noir, en el que ha dejado una de las grandes obras del cómic, 100 Balas, junto al guionista norteamericano Brian Azzarello. En pocas viñetas, el Maestro Risso nos sitúa, con su inimitable arte, en ese New York setentero y se mete en la piel de los personajes como si los hubiera estado dibujando toda su vida.

A propósito del Mar Muerto es la nueva peripecia de Torpedo y Cía, pero Abulí además nos regala un relato, una de esas breves maravillas que salen de su puño y letra, titulada Una obra de caridad.

La otra novedad que ha aparecido este mes tiene mucha, muchísima relación con Torpedo. Y es el libro El arte de Jordi Bernet. El autor catalán fue ese otro progenitor del personaje y con su maestría en el dibujo lo convirtió en lo que es.

Este libro dedicado a él es una rara avis, un obra con voluntad internacional (sus textos viene en castellano e inglés) y en él vamos a realizar un maravilloso viaje por parte de la obra (abarcar toda una vida dedicada a las viñetas es una tarea prácticamente imposible) de este autor que ya desde pequeño vivió con los tebeos, ya que su padre también fue uno de esos autores clásicos cuyo nombre está escrito con letras de oro en la Historia de los Tebeos españoles, Jorge (Miguel Bernet).

De gran tamaño, este volumen es un auténtico sueño para los que admiramos al artista catalán, ya que tanto la calidad el papel como la perfecta reproducción de algunas de sus ilustraciones nos transportan a esos mundos que tan bien ha sabido llevar al papel, pero no sin antes detenernos en un par de prólogos, a cargo de José Luis Córdoba y José María Beá, que conocen a la perfección la extensa obra de Bernet y lo califican, justamente, como el último de los clásicos.

Y a partir de ahí comienza el viaje, con ese blanco y negro brutal, genial, que nos lleva al mundo noir de Torpedo, un lugar donde el crimen no paga, en el que igual se agarra una pistola que se acaricia a una voluptuosa hembra, cuyas curvas recuerdan a las más deseables pin ups. Y es que el autor tiene esa otra capacidad solo otorgada a unos pocos elegidos. Sus mujeres son perfectamente identificables: Hermosas, sensuales, pícaras… El prototipo de femme fatale que todo buen conocedor del género negro admira.

Aventureros, vampiros, gigantones enamorados, justicieros que se ocultan en las sombras, representantes de la ley corruptos, heroínas de un mundo imposible, guerreros, una prostituta de muy buen corazón, cowboys…

Todo esto y mucho más podemos encontrar en esta joya de libro que además de incluir muchas ilustraciones en blanco y negro, se reserva una sección final para mostrarnos que el autor tampoco es manco con el color.

El calor del verano se hace mucho más llevadero gracias a estas dos auténticas maravillas del Noveno Arte, el Cómic.