“Un cantante de ópera necesitaría dos vidas: una para estudiar y otra para cantar”
Ismael Jordi | Tenor
El próximo 26 de septiembre da un recital en el Teatro Villamarta para celebrar sus primeros 20 años de tenor lírico
“Creo en el esfuerzo y el sacrificio. El tren llega”, declara el jerezano
–El tiempo pasa volando. De los tiempos de la Escuela Superior de Música Reina Sofía, a cantar hoy en escenarios operísticos del mundo. Dígame lo mejor y lo peor de aquellos años de sacrificio y estudio…
–Bueno, los estudios siguen. Yo creo que hace falta una vida para estudiar y una vida para cantar. Tal vez lo mejor de aquella época haya sido el haber estudiado con los grandes. En primer lugar, con Alfredo Kraus, y luego tras su falta, con Teresa Berganza. Cuando empecé a estudiar, la Escuela Superior Reina Sofía estaba en Pozuleo de Alarcón, uno de los lugares más caros de Madrid. Por allí pasaban Lorin Maazel, Zubin Mehta, en fin lo mejor... En el año 1997-98 esos estudios costaban unos cinco millones de pesetas. Yo tuve la gran suerte de que Paloma O’Shea, la directora de la Escuela, me diera una beca. Y también tengo que decir que recibí una ayuda del Ayuntamiento de Jerez, cuando Pedro Pacheco era el alcalde, del que conservo gratamente la anécdota de cuando me llamó a Alcaldía para decirme que si sabía bien que iba a un sitio muy especial, que necesitaría ayuda para mi manutención, ya que la beca de la Escuela solo cubría los costes de las clases. Y alquilar una habitación y comer en Pozuelo era muy caro... Durante dos años el Ayuntamiento me ayudó y quiero decirlo. Lo más duro fue dejar Jerez, mi familia, mi novia...
–En medio del confinamiento, en mi familia hicimos una ‘caseta de feria virtual’ a la que mi cuñada puso el nombre de ‘Covid-Cová, cada día te odio más…’. ¿Qué le cantaría Ismael Jordi al virus para que se calme y nos deje en paz?
–Dicen que la música amansa las fieras. Yo le cantaría ‘Una furtiva lagrima’, de L’Elisir d’Amore, de Donizetti, que aunque parezca un aria de ópera triste, en realidad expresa alegría. La alegría de Nemorino al interpretar que una sola lágrima en los ojos de Adina le revela su amor.
–Si La Traviata se escribiera hoy ¿Violetta moriría por culpa del Covid-19?
–Bueno, en la última función de ‘La Traviata’ que he cantado en Madrid, guardando las distancias personales, y las medidas Covid, pues algún guiño se ha hecho a eso... En fin son ideas que van quedando ahí y que tal vez se escriba sobre ello.
–Hasta Anna Netrebko, una de las grandes sopranos de esta época, ha tenido que ser hospitalizada por el Covid-19. ¿Cómo va a salir la Ópera de esta crisis? ¿Cree que habrá cambios?
–Vamos a tener que adaptarnos todos para estos tiempos, incluidos los teatros. Nuestra principal preocupación es cómo se están tratando a los teatros. ¿Es normal que los aviones vayan llenos y se restrinjan los teatros, llegando a, en algunos casos, admitir un aforo de solo 60 personas, como ha pasado recientemente en La Coruña? No sé dónde está la vara de medir esto. No me parece justo. La cultura somos todos, desde la gente que trabaja en los teatros o los museos, los tramoyistas, las taquillas. Estamos bastante enfadados todos. Sin ayuda es imposible que tiremos para adelante. Vamos a adaptarnos todos, pero tienen que echarnos una mano.
–A pesar de los pesares, este año lo ha hecho bastante bien en Málaga cantando una deliciosa ópera de Donizetti: ‘La Favorita’, cuya trama se desarrolla, en parte, entre Sevilla y la Isla de León. Su interpretación del ‘Spirto gentil’ y su ‘Do’ sobreagudo fue muy aplaudido. Y también ha salido con muy buenas críticas de ‘La Traviata’ del Teatro Real. ¿Qué más proyectos y actuaciones hay para este pandémico 2020?
–‘La Favorita’ es una ópera larga y de las más difíciles que he interpretado, pero Donizetti se adecúa perfectamente a mi tesitura vocal, y estoy contentísimo de haberla cantado. Y en cuanto a ‘La Traviata’, decirte que llevo cantadas 109 funciones de ‘La Traviata’. La pena de este año es que por culpa de la pandemia me cancelaron la ‘Lucia de Lammermoor’ en el Covent Garden de Londres, aunque conociendo a los ingleses es posible que la vuelvan a programar. Está programado para esta temporada 20-21 un ‘Romeo y Julieta’ en el Metropolitan Opera House de Nueva York, y en 2021 ‘Anna Bolena’ en Amsterdam, y que espero se programen posteriormente las dos restantes de la ‘Trilogía Tudor’ de Donizetti.
–Por el humo se sabe dónde está el fuego... Triunfó en Lausana cantando esta bellísima aria de zarzuela también este año.
–Bueno, a esta Doña Francisquita le han dado el Premio Max de las Artes Escénicas al mejor espectáculo musical o lírico de la XXII edición 2020. En Suiza, en Lausana fue un auténtico exitazo. Una versión moderna y atrevida de la obra del maestro Amadeo Vives.
–¿Qué habría que hacer para recuperar la Zarzuela en España?
–Bueno, pues tal vez dejar fuera los complejos y tratarla como se merece, igual que hacen en Viena con la Opereta. Te voy a decir, una cosa para mí relevante: tres repertorios me hacen pararme un mes a estudiar a fondo: ‘I Puritani’, ‘Don Paquale’ y ‘Doña Francisquita’, que es una obra larga y de una gran dificultad, desde el principio, con arias, dúos y quintetos, y encima tienes que hablar. ‘Doña Francisquita’ no tiene nada que envidiar a ninguna ópera. Hay que cuidar la Zarzuela. Cuando cantas por el extranjero ‘Bella enamorada’ o ‘No puede ser’ el público te ovaciona, como me ocurrió en Orange.
–¿Cuándo nos va a cantar los nueve ‘Do’ de pecho del aria de Tonio de ‘La Fille du Régiment’?
–Bueno, en realidad es una ópera que me hubiera gustado cantarla antes, pero ahora mis pensamientos están más en repertorios como ‘Werther’, en ‘Les Contes d’Hoffman’, o ‘La Sonnambula’, e incluso ‘I puritani’. Tal vez cante los nueve ‘Do’ en algún concierto, o el ‘Nessum dorma’, pero no el repertorio completo de ‘La Fille’ o de la ‘Turandot’...
–¿Se considera afortunado al ser profeta en su Jerez natal?
–No tengo más que palabras de agradecimiento para mi ciudad, de cómo me ha tratado siempre. De cómo se me quiere. Cada vez que vengo a cantar a Jerez, y paseo por la calle, la gente me expresa su cariño. Yo llevo a Jerez por bandera, me siento muy de Jerez. No me veo viviendo en otro sitio que no sea aquí.
–Otros cantantes de ópera andaluces no consiguen la oportunidad de hacerse un hueco en su tierra. ¿Algún consejo para ellos?
–Creo que para conseguir cosas hay que estudiar y trabajar mucho. Creo en el esfuerzo y el sacrificio. El tren llega. Y no pasa solamente una vez. Pasa más veces. Pero también hay que trabajarse a la gente. A mí me conoce mucha gente en Jerez y mi teléfono también lo tiene mucha gente. Es también muy importante cuidar a la gente, a tu público.
–Va a dar el próximo día 26 de septiembre un recital en el Teatro Villamarta para celebrar sus primeros 20 años de tenor lírico. ¿Se puede saber de verdad cuándo un cantante de ópera cumple la mayoría de edad musical?
–Yo personalmente creo que tengo por delante unos 10 ó 15 años de disfrutar mucho del escenario y del público, y donde puedo mejorar mucho. He tenido la suerte de estudiar con uno de los más grandes, don Alfredo Kraus, que era una persona seria, estudioso y riguroso. Lo cual no quita para que, en privado, me contara chistes e incluso se riera imitando mi acento... Pero a la hora de subir al escenario lo importante es subir con seriedad y con la partitura bien estudiada y aprendida. Pese a la cantidad de veces que he cantado ‘La Traviata’, para la última representación en el Teatro Real, estuve dos semanas seguidas estudiándola de nuevo... En este sentido quiero decir que llevo 17 años estudiando en Italia, en Verona, con Angelo Capobianco, quien perteneció durante 30 años al Coro de la Arena de Verona, en la época de Corelli, Bergonzi, Caballé, Pavarotti, Domingo, enfin, lo mejor de lo mejor. Su oído es excepcional. Después de haber salido de la Escuela Reina Sofía, con quien preparo los papeles es con Capobianco.
–¿Quiere anticiparnos algo de lo que va a cantar?
–Por el humo se sabe dónde está el fuego... Voy a hacer un amplio repaso de las piezas más representativas de mi trayectoria artística: ópera y canciones italianas, Zarzuela, y varias cosas más. Va a ser un estupendo concierto, que espero disfrutes.
–Bueno, pues muchas gracias y le propongo concluir la entrevista con un ¡Viva la Ópera y viva Jerez!
–Pues sí: ¡Viva la Ópera y viva Jerez!
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